¿Cómo utilizar las aplicaciones de control parental para el cuidado de los niños? ¿Cuál es el límite que existe entre el control del uso de la tecnología y la invasión a la privacidad?

En la actualidad, ya están disponibles aplicaciones de geolocalización como herramienta de cuidado de los niños mientras navegan por Internet. También existen aplicaciones que regulan el contenido al que pueden acceder, otras con acceso al micrófono para escuchar el sonido de donde están o incluso registrar todo aquello que pasa en la pantalla del dispositivo, mediante capturas de vídeo.

Si bien estas herramientas parecen ser la gran solución a los problemas que pueda tener todo padre de un nativo digital, no todas las aplicaciones de control parental funcionan igual, ni tienen las mismas características. Por ello se recomienda analizarlas y utilizar las que se ajusten a las necesidades de cada familia.

Muchos controles que al principio parecen ser útiles para los padres, terminan siendo invasivos para los chicos; lo que termina provocando una reacción contraria a la esperada. El niño, en lugar de sentirse protegido y contenido, se siente invadido y busca evadir estos controles.

Cecilia Pastorino, Especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica, indica: “Sostenemos que la clave no está en el control que se implemente, sino en el diálogo y en acompañar a los chicos en el mundo digital, tal como lo haríamos en el mundo físico. Se trata de enseñarles, mediante el diálogo y con el apoyo de herramientas digitales, cuáles son los peligros y riesgos en Internet, cuáles son sus responsabilidades, qué se debe y no se debe hacer y cuáles son las formas de protegerse”.

Las aplicaciones de control parental resultan muy útiles cuando los niños son más pequeños, cuando comienzan a utilizar la computadora o tienen su primer teléfono móvil. Sin embargo, entrando ya en la temprana adolescencia, estos controles son cada vez más difíciles de mantener o implementar. Por lo tanto, la clave está en ir soltando los controles y traspasando las responsabilidades lentamente, según van creciendo y comprendiendo cómo comportarse en el mundo digital.

El objetivo debería ser que el niño entre en la adolescencia completamente empoderado y comprendiendo los riesgos que hay en Internet y cómo debe protegerse y, sobre todo, con la confianza y tranquilidad de poder hablar con sus padres si algo le preocupa o lo hace sentir incómodo. Para lograr esto, el diálogo y el acompañamiento debe empezar mucho antes de esta edad, en el instante en que el niño comienza a entrar en el mundo digital.

La clave para que el control parental sea una herramienta útil tanto para los padres como para sus hijos, está en que sea una forma de cuidado y no un control impuesto. Una vez elegida la aplicación que se adecua a las necesidades de la familia, lo mejor es instalarla y configurarla junto al niño. Previamente se deben establecer cuáles son las reglas básicas para el consumo digital y cuáles son las responsabilidades del niño, explicarle que la aplicación de control parental es una forma que tienen los padres de cuidarlo en el mundo digital y que van a instalarla juntos.

Algunas de las funcionalidades claves que resultan muy útiles del control parental y que ayudan a proteger a los niños, sin invadir su privacidad, son:

  • Control de aplicaciones: Se aplican filtros basados en la edad para administrar las aplicaciones a las que los niños podrán acceder y utilizar.
  • Control de accesos web: Bloquea los sitios web inapropiados según la edad, ya sea en forma individual o por categorías.
  • Límite de tiempo para diversión y juegos: Establece una cantidad máxima de horas para que los niños jueguen con sus dispositivos. También administra el tiempo de uso, por ejemplo, bloqueando el acceso a juegos y aplicaciones durante el horario escolar o a la hora de dormir.
  • Geolocalización: Permite verificar la ubicación actual del dispositivo en cualquier momento.
  • Informes: El objetivo de los informes es conocer el comportamiento general del niño en Internet, con el objetivo de encontrar el mejor momento para ir soltando los controles. Incluyen métricas que nos informan sobre el uso que da el niño al equipo, como el tiempo de uso de determinadas aplicaciones, rangos horarios, entre otras.

Por último, estos informes también resultan muy útiles para conocer cuáles son las aplicaciones que más utilizan los niños o que más les gustan. Conocer sus gustos y sus intereses es un buen punto de partida para comenzar a hablar de cuidados digitales.

Es importante comprender que quizás los niños sepan mejor cómo funciona una aplicación o tenga más habilidades a la hora de utilizar el dispositivo móvil, pero son los adultos quienes más conocen sobre los riesgos y peligros que pueden acecharlo.

Digipadres es un proyecto que nace de ESET Latinoamérica a través del cual se busca proporcionar todos los materiales necesarios para que padres y educadores de la región potencien sus conocimientos y experiencia en Internet. Junto con Argentina Cibersegura, Asociación Civil cuyo objetivo es concientizar a la comunidad sobre el uso seguro de Internet y las tecnologías, desarrollaron una encuesta realizada en Argentina con el objetivo de conocer la opinión de los más chicos y saber qué tan seguros se sienten en Internet. Reveló que 1 de cada 3 niños asegura haber sufrido una situación incómoda en Internet. Por otra parte, al ser consultados sobre qué es lo que más temen de Internet, los principales miedos fueron: que roben sus claves de acceso y se hagan pasar por ellos, que averigüen datos o información personal y que se envíen fotos de ellos entre sus contactos.

 

Proponemos ideas para el baby shower para que no falte nada. ¡A divertirse!

  • Decidir el lugar y la comida.
  • Hacer las invitaciones con tiempo ¡para que nadie tenga una excusa para no ir!
  • Pensar en la decoración del lugar: por ejemplo con centros de mesa y velas.
  • Pensar en los recordatorios: para entregar a los invitados que asistan.
  • Proponer varios juegos (estos se deberán pensar con anticipación): el tradicional es medirle la panza a la embarazada: cada invitado deberá recortar un pedazo de papel higiénico imaginándose lo que mide la panza de la futura mamá. Cada uno va a ir pasando a probar si lo logró. El que lo haga bien ganará un premio. Otro juego puede ser taparle los ojos a los futuros padres y que intenten de adivinar qué son los regalos. También se hacen sopas de letras, crucigramas, palabras cruzadas, entre otros.
  • Es importante también captar los momentos tomando fotografías.
  • Puede ser una fiesta “lluvia”, es decir que cada invitado lleve una comida o bebida para compartir.

Además de comida, te proponemos dulces tentaciones:

  • Torta: se usa mucho con la forma de un pañal.
  • Cupcakes: últimamente están de moda.
  • Galletitas: pueden ser con formas, por ejemplo de chupete.

Sabemos que muchas veces es difícil decidir el regalo para un baby shower. En esta nota les dejamos varias posibilidades para ayudarlos:

  • Pañales
  • Bolso para los pañales
  • Cambiador
  • Toallitas húmedas
  • Bañera de plástico
  • Toalla con capucha
  • Baberos
  • Mamaderas / Chupetes
  • Silla para la comida (la van a usar meses después pero nunca vienen mal)
  • Sábanas / frazadas / acolchados / mantas para la cuna
  • Cuna / Colchón
  • Móvil para la cuna
  • Sillas mecedoras
  • Silla para el auto
  • Portabebé
  • Cochecito
  • Gimnasio para bebé
  • Corral
  • La ropa nunca viene mal porque crecen muy rápido

Si tienes la posibilidad de averiguar si ya tienen alguna cosa, es mejor, porque reciben muchos regalos en el embarazo y es más complicado salir a cambiarlo. Igualmente, hay cosas que hay que tenerlas repetidas, por ejemplo, mamaderas, chupetes, sábanas, toallas, ¡y los pañales siempre vienen bien!

Si tienes amigos o familiares que están esperando un bebé y que todavía no organizaron un baby shower, una buena idea puede ser que se lo organices sorpresa.

La estimulación temprana consiste en una práctica relativamente joven de no más de 40 años, que ha tenido diferentes desarrollos de acuerdo a los modelos teóricos que la sustentaron y/o objetivos que con la misma se perseguían.

El enfoque al que adherimos la circunscribe a “una práctica clínica en relación a bebés de 0 a 2 años de edad, que por alguna razón pre, peri o postnatal presentan un trastorno en su desarrollo”.

Podemos clasificar en cuatro a los factores que pueden alterar el desarrollo normal de un niño en esos primeros dos años de vida.

Pueden deberse a: lesiones directas en el Sistema Nervioso, lesiones indirectas producidas por enfermedades en otros órganos, alteraciones genéticas y por último las producidas como consecuencia de factores ambientales. Aquí no nos referimos solamente a la hipoestimulación, es decir cuando hay falta de estímulo, sino también a la hiperestimulación, o sea al exceso.

En el contexto de estas patologías es que surgió la llamada Estimulación Temprana como indicación terapéutica específica. Sin embargo esto no invalida que actualmente podamos emplear el término Estimulación para todas aquellas prácticas referidas a favorecer el desarrollo integral del bebé.

Ahora bien, ¿para qué estimular a todos los niños? ¿cómo intervenir desde un punto de vista educativo?

Vayamos por partes: ¿Para qué estimular?

Existe un fundamento biológico ineludible. El sistema nervioso nace inmaduro y no completa su proceso de maduración hasta el segundo año de vida aproximadamente. De esta manera brinda la oportunidad única de recibir en su desarrollo la influencia de la acción educativa. Otro fundamente ineludible: el vínculo especial que se genera entre la mamá y el bebé. Todas las mamás le cantan a su bebé, pero seguramente todas cantarían con mayor placer si supieran que el cerebro del bebé percibe mejor las melodías que las palabras.

¿Cómo intervenir?

Entendemos por estímulo a todo lo que el bebé percibe a través de sus sentidos, y más que eso. Los sentidos constituyen en esta etapa los instrumentos por excelencia de la inteligencia, aunque no debemos ignorar que los procesos inteligentes no son los únicos que se están desarrollando. A esta edad los procesos están tan imbricados y relacionados entre sí que resulta difícil e impropio discriminarlos. La dimensión cognitiva, social y afectiva son parte indisociable del desarrollo del bebé.

Para intervenir es necesario conocer las etapas evolutivas por las que el bebé atraviesa, así sabremos qué estimulación es apropiada, tanto en calidad como en cantidad. No olvidemos que el exceso es tan nocivo como la falta.

El vehículo esencial es el juego y el juguete. Cuando hablamos de juego y juguete no nos estamos refiriendo únicamente ni a un juego reglado ni a un juguete comprado. Por ejemplo, para un bebé de 3 meses que manifiesta una clara “preferencia visual” por los rostros humanos en detrimento de los objetos, no habrá juego más apropiado que permitir o incitar a que toque con sus manitos el rostro de su mamá.

Nos detendremos en este ejemplo para entender la imbricación mencionada de las áreas. El bebé pone en juego sentidos como la visión y el tacto. Ambos se “ponen en acción” por una motivación afectiva como lo es acercarse a mamá. Al tocarla, la estimulación no se agota en la percepción táctil que beneficiosamente se produce, sino que dicha percepción además provoca gratificantes y mutuas sensaciones de placer entre la mamá y el bebé, que incitan a nuevas caricias.

Observemos que este “juego” que perseguía la estimulación de la inteligencia terminó siendo llamado “caricia”.

Nuestro trabajo con padres es guiado por la premisa de que el vínculo es el riel por donde transita el aprendizaje. Para aprender es imprescindible contar con las fortalezas afectivas que se construyen en la familia, y con éstas como cimientos, desarrollar en forma óptima las potencialidades cognitivas. La estimulación, si bien no lo es todo, constituye el primer eslabón en toda la historia del desarrollo del niño.

Para finalizar me complace citar el pensamiento de San Agustín, tan antiguo como vigente: “El juego es eminentemente educativo en la medida en que es el resorte de nuestra curiosidad por el mundo y por la vida, el principio de todo descubrimiento y de toda creación.”

Muchos papás ven que sus hijos llegan a los 11 o 12 meses y aún no gatean, entonces consultan cómo estimularlos para que lo hagan.

El gateo es una etapa importante en el desarrollo del bebé, tanto desde el punto de vista del desarrollo de su coordinación como el fortalecimiento de la musculatura de los hombros, columna vertebral y piernas.

Tal vez uno de los motivos es que como actualmente los bebés se acuestan boca arriba,

Suelen rezongar cuando los ponemos boca abajo.

Por ese motivo, ya a los dos o tres meses es bueno que lo pongas en el piso, sobre una

Colchoneta o un acolchadito, también hay alfombritas especiales, por supuesto que boca abajo, pones juguetes a su alrededor y te quedas a su lado. Al principio no aguantará mucho rato, pero comenzará a levantar la cabeza y apoyarse en sus bracitos comenzando a mirar el mundo que le rodea. De a poco intentará alcanzar los juguetes

Estirando los brazos y casi sin querer se cambiará de posición, pasará de boca abajo a boca arriba y no sabrá como volver a la posición anterior.

Generalmente entre los 3 y los 4 meses pueden “rolar” voluntariamente, o sea pasar de

Boca arriba a boca abajo y viceversa.

Alrededor de los 6 meses los bebés se impulsan con sus piernas extendidas y van logrando avanzar lentamente, esta etapa se llama “reptar”, debes cuidarlo mucho porque a veces lo hacen a bastante velocidad y logran llegar a muebles con puertitas abiertas,

Y manotear cosas, romper un envase de vidrio y tomar los restos. En fin a partir de ahora cuando no lo puedas estar controlando, si tienes que atender la puerta, o ir al baño acostúmbrate a ponerlo en la cuna o en el corralito.

Nuestras abuelas decían que es preferible que llore el bebé y no la madre por un accidente.

De esta etapa al gateo va a ir llegando más o menos rápido, primero doblan las piernas y levantan la colita y la hamacan, luego levantan los bracitos y la cabeza y ya pronto adquieren la coordinación que se necesita para gatear alternando mano derecha y pierna izquierda y mano izquierda, pierna derecha. Eso sí en esta etapa se ensucian mucho la ropa. Ya que enseguida sobrepasan las colchonetas y por más limpia que esté la casa las rodillas de los pantalones, quedarán negras, al igual que las manitos Pero estan gracioso verlos recorrer la casa, y a veces a enorme velocidad !

Los bebés que gatean a veces demoran un poco más en incorporarse al llegar a los muebles bajos o las patas de los muebles más altos.

Los bebés que no han gateado hasta las 10 u 11 meses probablemente ya no lo hagan.

Llegan a la bipedestación (posición de pie) más rápido y es posible que al año ya caminen.

Los bebés que no han gateado y demoran en caminar muchas veces se trasladan sentados sobre su colita, con el tronco derecho.

Ayudar a tu bebé a que incorpore el gateo es una buena forma de estimularlo en el desarrollo, mucho más que incentivarlo a que camine antes de tiempo.

Para que el bebé camine debe sentirse fuerte y seguro, no le enseñes a caminar, el día menos esperado lo verás dar sus primeros pasitos sin ninguna ayuda.

EL AGUA MAS QUE UNA EXPERIENCIA

Programa de Actividades Acuáticas para Bebés

Hace mas de 20 años que estas actividades existen en Uruguay pero aun no gozan de la aceptación y el interés que deberían, tal vez por que no han sido convenientemente entendidas por el conjunto de los padres. Intentaremos dar un pantallazo general acerca de sus beneficios.

El Bebé Nadador

El bebé tiene genéticamente una dotación innata que le permite mantener la respiración, desplazarse tramos cortos, abrir los ojos y orientarse dentro del agua. La naturaleza permite que los bebés naden antes que otras muchas habilidades porque ellos han permanecido mas en el agua que en el exterior,9 meses en el útero materno. Algunas culturas permiten que los bebés se adapten poco a poco a la tierra dejándolos jugar largos períodos dentro del agua. Esto contribuye a su desarrollo desde muchas áreas ,desde lo motriz tonifica su musculatura, su coordinación y aumenta su capacidad cardio vascular.

Estimular al bebé

La importancia de la aplicación de un programa de actividades acuáticas tempranamente está relacionado con el desarrollo del cerebro y la necesidad de estimularlo adecuadamente. El cerebro crece a una velocidad increíblemente rápida durante los primeros 30 meses de vida, a una velocidad alta después de los treinta meses y a una velocidad lenta después de los seis años.

Oportunidades de conocer: Al bebé y éste a si mismo

Cuando los adultos nos enfrentamos a algo nuevo surgen reacciones: temor, ansiedad, expectativas buenas o malas. A los bebés les sucede lo mismo ésta experiencia los enfrenta a lo nuevo y les da la oportunidades de conocer sus propias capacidades y limitaciones y al adulto que este con ellos a comenzar a conocer su personalidad.

Gratificarlo

En el terreno afectivo, la sensibilidad en el agua y el contacto humano crean una interrelación que difícilmente se desarrolle en tierra. Sentirlo dentro del agua, sostenerlo, ayudarlo a explorar aquello tan conocido, el medio liquido, tibio relajante y abrasador. Es un gran estimulo táctil que genera de por si placer. Por todo esto recomendamos las actividades acuáticas para los bebés lo mas tempranamente posible.

Comunicación y Aprendizaje

La comunicación (como medio de transmitir información) y el aprender están estrechamente vinculadas, en esa etapa tan sensible, donde todavía la comunicación a través del lenguaje se hace poco posible debemos adaptarnos como padres a otro sistema de comunicación. Los rangos de los sentidos y el movimiento es lo que el infante humano trae para comunicarse y recibir la información, conocer el mundo y organizarlo, bases de la inteligencia general. En el agua se potencian las sensaciones sobre todo el tacto y las habilidades natatorias que son las que primero se desarrollan en los bebés. ¿Porque es que no las estimulamos, es una gran pregunta?,¿por qué no permitimos que el bebé que se exprese con sus únicas herramientas?

El nacimiento de un hijo generalmente es de las cosas más maravillosas que nos sucede en la vida, los padres sueñan con ese día, se imaginan su carita, sus manitos, sus piecitos, pero cuando no todo sale como soñamos, cuando nuestro bebé nace con alguna dificultad, o cuando nace antes de lo esperado, sentimos un gran temor y una gran angustia difícil de transmitir.

Quizás sea esta una de las situaciones más difíciles a las que nos vemos enfrentados como padres.

El hecho de que nuestro bebé deba permanecer internado durante algún tiempo antes de regresar a su casa, es algo que conmociona desde lo más profundo. Todos los papás que esperan un hijo, sueñan con tener un hijo sano, y en las mejores condiciones, y se imaginan volver a su casa junto a su bebé.

Cuando esto no ocurre, los padres se sienten muy angustiados, heridos muchas veces en su autoestima, la mamá (quizás la más vulnerable frente a esta situación) se pregunta una y mil veces sobre su embarazo, si no se cuidó con tal cosa o tal otra. Se siente culpable, muchas veces siente que ella es responsable en algún punto por lo que esta pasando, empieza a cuestionarse cosas que hizo durante su embarazo, también puede sentir que ella no lo pudo cuidar, y en el caso del nacimiento antes de fecha, quizás sienta que no pudo “retenerlo” dentro de su vientre. El propiciar un acercamiento entre madre e hijo lo más temprano posible ayuda a mitigar todos estos sentimientos.

Se necesita de mucha fortaleza para enfrentar esta situación pero por sobre todas las cosas de mucho sostén de parte del equipo de salud, entre ambos padres del niño, y de la familia en general.

Voy a hacer una breve reflexión sobre el caso específico del bebé prematuro.

¿Qué pasa cuando un bebé nace antes de tiempo, cuando sus papás todavía no lo esperaban, cuando aún tendría que estar dentro del vientre materno?

Se llama prematuro al bebé que nace antes de las 37 semanas, pero los padres también se vuelven padres prematuros ya que ellos no estaban aún “preparados” para recibir a este hijo,muchas veces no ha dado tiempo para elegirle el nombre, para prepararle el cuarto, para realizar el curso de parto, en definitiva faltaron estas ultimas semanas de embarazo cuya función es preparar para el nacimiento del bebé.

Primero que nada, los padres se sienten sorprendidos ante el nacimiento del bebé. La mamá se siente asustada ante ese ser tan pequeño y frágil, quizás no cumpla las expectativas de bebé soñado, no es un bebé para mostrar. Muchas veces pasa que este niño no estimula tanto a la mamá, ya que duerme todo el tiempo, apenas si se mueve, si abre los ojos. Este bebé generalmente debe permanecer internado en una unidad de cuidados especiales, o sea separado de sus padres, esto ya es un golpe tremendo para ellos, que no saben con certeza sobre el futuro de su hijo. Se siente mucha impotencia cuando vemos a nuestro hijo en una incubadora todo entubado.

Los padres reaccionan de diversas maneras ante esto, y es importantísimo apoyarlos siempre pero siempre respetándolos en sus decisiones, sus temores, sus sentimientos, cada uno necesita un tiempo diferente para procesar esto que esta viviendo. La relación de los padres, especialmente de la mamá con su bebé, es tan importante como toda la terapéutica aplicada a un bebé prematuro. Fomentar, estimular, cuidar este vínculo tendría que ser algo primordial en una sala de neonatología. El acercamiento temprano entre los padres y el niño es algo fundamental, y sobre todo en estos primeros tiempos, entre la mamá y su bebé.

Propiciar la participación constante de los padres en los cuidados del bebé, y permitir la entrada permanente de ellos es una condición de suma importancia en el cuidado de un bebé recién nacido.

El apoyo, sostén, el “cuidado” hacia estos padres de los profesionales de la salud, el acompañarlos en este proceso tan difícil y doloroso se hace una tarea indispensable, teniendo en cuenta que de esto dependerá la relación futura entre ellos y por ende la mejoría del niño.

Dar confianza a los padres, hacerles sentir que ellos son fundamentales en la mejoría de sus hijos, que su hijo los necesita más que a nada en el mundo.

Ante el elevado porcentaje de mortalidad infantil, en Colombia un médico llamado Edgar Rey Sanabria, decidió intervenir proponiendo que el bebé prematuro ya estabilizado fuera colocado sobre la piel de su mama estimulando la lactancia materna y una partida a su hogar mas rápida confiando el cuidado del bebé a sus padres.

El prolongado contacto piel con piel, la lactancia materna y la pronta partida del hospital constituyen los principios básicos de este método, que por otra parte, responsabiliza a los padres y les devuelve su rol de cuidadores.

La piel de la mamá tendría un olor conocido y por lo tanto tranquilizante para el bebé, e iría acompañada de un sonido regular desestresante para el pequeño que es el corazón de la madre.

Varios estudiosos sobre este tema han afirmado que no es nada aconsejable separar al recién nacido de su mamá, en lapsos de tiempo prolongados. Y han estudiado que mediante este método, se lograrían cosas al igual que en una incubadora, como ser la regulación de la temperatura, regulación del ritmo respiratorio, la oxigenación en sangre, y por sobre todas las cosas, este método promueve la lactancia y logra compensar esta separación inicial en caso de que haya sido necesaria.

Pensemos que un bebé que nace a las 28, 30, 34 semanas, le hace falta todas estas semanas que existen en un embarazo llegado a termino, o sea cuando mas pegadito a su mama esté, más parecido a la posición fetal, mas rápido se desarrollara, crecerá y mejorara.

Tenemos que tener presente que si bien el equipo de salud que está cuidando a nuestro hijo, está haciendo todo lo posible para sacarlo adelante, que tiene los conocimientos y experiencia pertinente para esta tarea, nosotros somos los papás del niño, y tenemos derecho a estar informados, a preguntar, a opinar, a confiar en nuestras propias intuiciones como padres, saber que lo que le podamos dar a este niño es de incalculable valor, y que junto a todos los cuidados médicos, un bebé recién nacido necesita, por sobre todas las cosas de su mamá, y si aún no puede ser acunado por ella, por lo menos debe oír su voz, sus canciones,etc.

Cada uno desde su lugar, quizás pueda hacer algo, para humanizar la neonatología, acercando los padres a su hijo, intentando disminuir el estrés que se sufre en situaciones como éstas, promoviendo una atención integral para los bebés y sus papás.

La definición más extendida de los cólicos del lactante los describe como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.

Los diversos estudios indican que entre un 20 % y un 40 % de los bebés de entre  dos semanas y cuatro meses de vida, sufre de cólicos. Aparentemente sienten un gran dolor abdominal, por lo que pueden pasar horas llorando y es difícil encontrar la forma de calmarlos.

Los síntomas se dividen en dos tipos: principales y secundarios. Los síntomas principales que se pueden observar en un bebé que padece cólicos son: llanto que puede llegar a durar entre dos y tres horas, inquietud e irritabilidad. Posiblemente coloque sus piernas flexionadas sobre el abdomen para evitar o disminuir el dolor. Por otro lado, están los síntomas secundarios: puede tener gases abdominales y estreñimiento.

No está claro cuál es la causa de los mismos. Algunos sugieren que existen factores que generan una relación difícil entre los progenitores y el hijo, como una excesiva estimulación una respuesta exagerada y ansiosa de los padres ante cualquier malestar del bebé o cambios constantes en la rutina diaria. De esta manera podría explicarse la mayor ocurrencia en los primogénitos, ya que hay más inexperiencia y ansiedad familiar.

También podría existir una predisposición temperamental en algunos niños con umbral sensorial bajo. También se ha sugerido como un posible culpable la intolerancia a la leche de vaca, pero ahora los médicos creen que éste es rara vez el caso. Los bebés que son amamantados también tienen cólicos; en estos casos, los cambios en la dieta de la madre pueden ayudar a que los cólicos disminuyan. Algunas mujeres que están amamantando descubren que eliminar la cafeína de su dieta ayuda, mientras que otras observan mejoría cuando eliminan los lácteos, la soja, los huevos o los productos de trigo.

¡El hecho de duplicar besos, caricias y mimos es una aventura fascinante, aunque también habrá que duplicar la energía!

Dudas proyectos y sueños por partida doble! ¿Podré criar a dos bebés a la vez? ¿Cómo repartirse? ¿Se puede amamantar a dos? ¿Tendré suficiente leche? ¿Y si lloran al mismo tiempo? Estas y muchas otras preguntas aparecen a lo largo de todo el embarazo. La mejor manera de combatir la ansiedad consiste en informarse y hablar con padres que ya pasaron por la experiencia. Es fundamental desarrollar confianza en la futura mamá. La maternidad es una actividad que se aprende.

El problema de amamantar a dos bebés no es la cantidad de leche, sino el tiempo que se requiere.Al ser dos los que maman la glándula mamaria se estimula doblemente y, por lo tanto, produce mayor cantidad de leche. Si bien la primera prendida a la teta debe ser de a un bebé por vez, al retornar al hogar se puede probar colocando a los bebés al mismo tiempo.

Sentada en un sillón cómodo o en la cama rodeada de almohadones, o adoptando la posición acostada, se puede probar que los dos bebés mamen juntos. Es necesario alternar las posiciones durante las mamadas. Parece muy complicado pero en la práctica no lo es. Esta técnica aumentará la producción de leche dado que al succionar simultáneamente producirán mayor estimulación, y por otro lado, permitirá a la mamá tener un tiempo de descanso.

En esta etapa de aprendizaje, los cambios son continuos, poco a poco se irán coordinando los tiempos y las necesidades, una cuota de flexibilidad hará más llevadero este dasafío que significa cuidar a dos recién nacidos. ¡Las recompensas son grandiosas!

Consejos

La ayuda externa será de gran utilidad para que la mamá pueda descansar. El estrés atenta contra la lactancia.

• Usar brasier que ajusten sin comprimir.

• Dieta equilibrada y tomar mucho agua.

• Amamantar con frecuencia para estimular los pechos.

• Alternar las posiciones durante las mamadas.

Tener en cuenta estos elementos para el cuidado de los pezones:

Aire: airear lo pezones luego de cada mamada.

Lubricación: aplicar una gota de calostro del propio pecho o crema de calédula para proteger el pezón.

Agua: realizar la higiene diaria sin ningún agregado de jabón o alcohol para preservar la grasa natural del pezón.

Sol: exponer los pechos al sol en horarios seguros para fortalecer la piel.

La mayoría de estos recién nacidos pretérmino pesan menos de 2.500k y aunque tengan un crecimiento intrauterino adecuado a su edad gestacional, el problema reside en la obtención de la madurez fisiológica (pulmonar, neurológica, hepática) para poder sobrevivir en el medio extrauterino. Cuanto menos tiempo de gestación, mayores dificultades.

Los padres que tienen un parto pretérmino, se encuentran con su bebé antes del tiempo esperado. Durante el tiempo de gestación existe un proceso de adaptación emocional, etapa necesaria para una adecuada preparación al proceso posterior al nacimiento. Pero en el caso de la prematurez, los procesos se aceleran y son vividos antes de lo esperado. A esto se suma la preocupación por la fragilidad de la existencia del bebé prematuro.

Sentimientos comunes en estos casos

A veces puede sentir que ella ha fallado, porque no pudo llevar un embarazo a término, a lo que se suma el duelo por la etapa de gestación que ya no se podrá vivir. El bebé que ella ha imaginado en todo ese tiempo, el bebé de sus sueños y fantasías, deberá confrontarlo con un bebé de aspecto muy diferente, más pequeño, más delgado, menos gratificante. Será necesario que se sobreponga a esta realidad, para enfrentarse con su bebé real que puede estar en riesgo y debe ser protegido. Realidad distinta vive el padre, teniendo la oportunidad de ejercer su rol y disfrutar de un protagonismo que muchas veces su esposa y/o la propia sociedad no se lo permiten. Es por este motivo importante potenciar el rol paterno en estas circunstancias.

No olvidemos la importancia del contacto físico con el niño en el postparto. Durante el embarazo la madre siente que el bebé es parte de sí misma. Al nacer se vivencia una pérdida corporal y mental de una parte de sí misma. Al establecer pronto contacto con su bebé a través del amamantamiento y contacto físico, se restablece la fusión necesaria en este primer tiempo.

En cambio en la prematurez, esta interacción entre madre e hijo se ve interrumpida. El padre puede en este momento jugar el rol de contención de su esposa y nexo entre madre e hijo, a la vez que ofrecer los cuidados y afectos necesarios a su bebé.

La importancia del contacto físico y verbal

Debido a su permutarez, los bebés deben permanecer aislados dentro de incubadoras y en salas especiales durante cierto tiempo. Pero esto no debe impedir que la necesidad de contacto humano sea satisfecha. Por eso es importante el papel que cumple la enfermera que en su turno está al cuidado del niño, en cuanto a sus demostraciones de afecto e interés hacia él, intentando decodificar sus estados de ánimo y expresarlo con palabras.

Es muy importante que quienes lo rodean se comunique verbalmente con el bebé. También los padres están accediendo con menos limitaciones al lado de la incubadora, situación que aminora la distancia entre ellos, impide un alejamiento prolongado, buscando restablecer la comunicación, aunque en forma muy distinta a la que ellos hubieran deseado.

Las madres de pequeños prematuros pasan mucho tiempo en una Institución médica. Superada la crisis inicial, deberá regresar a casa con un niño más frágil de lo esperado. Deberá over the counter dosage trenbolone enanthate in australia what superar el temor al riesgo de vida de su hijo, a la vez de ganar confianza en sí mismas en cuanto a su capacidad de cuidado y protección. Es de esperar que una vez en el hogar, el contacto físico y las técnicas de amamantamiento aprendidas permitan restaurar el alejamiento forzoso y se establezcan vínculos necesarios que permitan una adecuada interacción madre-bebé. En este momento la Red social que rodea a la familia es muy importante: familiares, amigos y la propia institución de salud puedan realizar un seguimiento apoyando por un tiempo a los padres.

 

Cuando lo más habitual es tener un solo hijo, a veces resulta que vienen dos o más, y ya nada vuelve a ser igual en la familia.

También aparecen las preguntas en relación a su educación, que es lo más conveniente para ellos y que no, etc.

Al tratar de educar y entender a los mellizos, hay que tener en cuenta que desde el momento de su concepción han permanecido uno al lado del otro y ninguno sabe lo que es estar solo. Esto va a determinar en buena parte su personalidad y su forma de ser. Los mellizos se relacionan con ellos mismos de una manera que difiere en ciertos aspectos de otro tipo de relaciones interpersonales.

Esta especial identificación que se da entre ellos con frecuencia retarda la maduración de ambos niños causando a veces dificultades de lenguaje o interfiriendo en la forma de relacionarse con otras personas, así como creando una cierta confusión de identidad. En cuanto al lenguaje es frecuente que sea un poco lento en cuanto a la adquisición de esta función, ya que cada niño tiene al otro como un modelo más frecuente que el modelo de los adultos o de otros niños mayores, y por tanto su progreso modesto o deficitario es el resultado de tener un modelo más pobre.

En ocasiones también se da que manejan un lenguaje privado entre ellos, que se desarrollaría cuando hay una tendencia pronunciada al aislamiento. Habitualmente manifiestan un carácter complementario, donde uno se muestra débil y otro fuerte, uno es tímido y el otro extrovertido, uno manda y el otro obedece … Y de la misma manera, no hay que preocuparse cuando intercambian su personalidad habitual, cosa que se da a menudo. Los padres de mellizos deben tener en cuenta que estos niños necesitan desarrollar su propia personalidad, determinar su yo y asumirse como un ser distinto de su hermano. Los mellizos luchan por existir separadamente y no es bueno confundirlos y no diferenciarlos.

Por eso conviene:

  • Evitar los nombres parecidos o de parejas como Pedro y Pablo, Isabel y Fernando, etc., y esforzarse por llamarlos siempre por el nombre sin recurrir a la expresión de “los mellizos”.
  • Estimularlos a relacionarse con su entorno para evitar que se aíslen y prevenir retrasos en el habla.
  • No es aconsejable vestirlos de forma idéntica porque esto no los ayuda a diferenciarse.
  • Acostarlos en cunas separadas y si en la casa hay espacio, en distintas habitaciones.
  • Que cada uno cuente con sus propios juguetes, distintos a los de su hermano/a y su lugar particular para guardarlos.
  • Tratar que desde pequeños cada uno cuente con atención personalizada, sin esforzarse por que cada uno cuente con el mismo mimo, la misma galletita o una penitencia parecida.
  • A partir de los 2 o 3 años es muy positivo acostumbrarlos en forma muy gradual a vivir la experiencia de la separación, por ejemplo dejando una tarde a uno con los abuelos y al otro con otro familiar o amigo.
  • A la hora de ir al Jardín, tratar de que los ubiquen en clases separadas y que tengan la posibilidad de crear sus propios grupos de amigos.
  • Hacer una torta para cada uno el día de su cumpleaños.

Pero ante todo hay que tener en cuenta que estas actitudes resultarán ineficaces si no se acompañan de una actitud interior de los padres dispuesta a aceptar el movimiento existente en los mellizos que oscila entre la fusión y la diferenciación.

¡¡El bebé está llorando!! Algo que sucede con frecuencia en la mitad de la noche y que generalmente encuentra a una mamá y a un papá cansados del trajín diario.

Habitualmente la primera reacción es acercarnos a su cuna y cantarle o darle palmaditas para que se calme.

Si esto no funciona, seguramente lo alcemos y los hamaquemos por unos minutos. Y vuelta a la cama. Pero cuando esta situación se repite por segunda o tercera vez en la noche, los padres solemos caer en la tentación de traer al bebé a nuestra cama para que se sienta protegido, no pase frío y así todos pueden seguir durmiendo.

Este episodio puede ser el comienzo de muchas noches “con visitas” en la cama de mamá y papá alrededor de los dos años, cuando el bebé ya camina. Por eso es importante pensar bien si es conveniente o no traer al bebé a nuestra cama.

En primer lugar es cierto que una sola noche no perjudica a nadie, pero tiene que quedar claro que es una excepción. Pero en una etapa en que los niños sueñan y sienten temores es muy fácil que la presencia del bebé en la cama grande se transforme en un hábito antes que los padres tomen conciencia de ello.

Cuando un bebé llora asustado está necesitando la presencia, el calor y la voz tranquilizadora de los padres, por eso, es conveniente que quien acuda a consolarlo esté dispuesto a quedarse con el niño el tiempo necesario hasta que este se tranquilice, preguntarle qué lo asusta, mostrarle que en el cuarto no hay nada peligroso y acepte seguir descansando en su cama, a veces ayuda prender una veladora para que se sienta más seguro, aun si cuando era más pequeño no era necesario.

Incluso ponerle música o un CD con cuentos infantiles (que hasta pueden grabar juntos) puede ser de gran ayuda.

Que duerma con los papás no es conveniente por diferentes motivos:

  • En primer lugar, los bebés se mueven mucho, se van ubicando de formas distintas y no permite que los papás puedan tener un sueño reparador si a cada rato son empujados o invadidos.
  • Por otra parte el niño debe saber cual es “su lugar”, el tiene o bien su propia habitación u otro lugar en la casa donde se ha colocado su camita, sus peluches, sus adornos.
  • También es importante que el niño sepa que papá y mamá tienen su lugar, un lugar que él debe respetar, más allá que aún no entienda que se trata de un lugar íntimo.

Lo ideal es no permitir que “colarse” con los padres se transforme en un hábito, ya que es más difícil cortarlo que impedir que se cree. Aún si el niño es insistente y viene varias veces en la noche, se le debe explicar que esto no es correcto y conducirlo nuevamente a su cama.

Esto no significa que puedan haber excepciones, cuando el chico está enfermo o incluso cuando los padres se sienten demasiado cansados como para estar yendo y viniendo “esa noche”. Es común que los chiquitos que se sienten cómodos en su lugar, después de un rato con los padres, reclamen solos ser llevados “a mi cama” donde está acostumbrados a descansar.

Si sin darse cuenta cayeron en la rutina de dormir con el hijo todas las noches, la pareja tendrá que ponerse a pensar cómo y por qué llegaron a eso y darse cuenta que no es bueno para nadie.

Habrá que desandar el camino explicándole a chico que los papás no pueden dormir bien, que él ya está grandecito y ocupa mucho lugar, que él tiene su propia cama donde dormirá mejor

La única receta es acompañarlos a su cama cuando aparecen de noche, venciendo el propio cansancio.

Tendrán que tener mucha paciencia ya que el niño se sentirá privado de todo lo que encuentra en esa cama, cariño, mimos, calor y le costará entender la razón para ese cambio y el proceso puede ser lento.

La reacción del niño podrá ser de enojo, que podrá manifestar con llantos y rabietas, y los padres deberán comprender que sólo con cariño y comprensión podrán superar esta etapa.

Si esta situación se prolonga mucho tal sea conveniente consultar con un psicólogo que maneje el tema.

Por último la pareja debe evaluar si la presencia del hijo en la cama no tiene que ver con algún problema del vínculo de ellos mismos, que queda encubierto si no se quedan solos.

RESUMIENDO, es preferible poner los límites rápidamente, mantener una actitud firme, para evitar que una costumbre se transforme en un problema.

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