Al abandono, a la oscuridad, a los truenos o tormentas, a los animales, a las pesadillas, a los ruidos fuertes, a los extraños, al fracaso, a la muerte, al descontrol, al rechazo, a engordar, a no ser amados, a las inyecciones, a los daños físicos, a los accidentes, a hacer el ridículo, a las enfermedades, a los monstruos.
Todos tenemos miedos. Los niños también. La diferencia es que los adultos -en general- aprendimos a manejarlos, afrontarlos y/o convivir con ellos. Temer es un comportamiento normal, salvo en aquellos casos en que los miedos se instalan y se convierten en fobias en cuyo caso se recomienda recurrir a un tratamiento psicológico.