Los videojuegos son una gran fuente de entretenimiento y de diversión. Nuestros hijos tienen acceso a ellos de múltiples maneras; entre ellas, las consolas individuales (como la Nintendo DS o la PSP), consolas familiares o comunidades de jugadores en línea a las que se puede acceder a través de nuestro ordenador personal, de nuestro teléfono móvil avanzado (smartphone) o de una videoconsola conectada a Internet. Además de este amplio abanico de dispositivos y plataformas, la variedad de juegos que hay es apabullante y a los padres les puede resultar complicado saber qué juegos son apropiados para sus hijos. Para elegir bien es importante tener en cuenta los contenidos, la temática en la que están basados y los gráficos utilizados, entre otros aspectos. Deanna Mason, experta en paternidad proactiva y apoyo profesional a la familia, nos da las claves.
Con tantos juegos disponibles, es prácticamente imposible que los padres se pongan a probar cada juego —jugando ellos mismos— antes de dejarle a su hijo jugar con él. Por este motivo, el sistema de clasificación, PEGI, creado por el Instituto Holandés de Clasificación de Material Audiovisual (NICAM) y el Video Standards Council (VSC) puede resultar útil como punto de partida. PEGI está reconocido en toda Europa y cuenta con el respaldo entusiasta de la Comisión Europea.
Antes de comenzar, siempre está bien recordar la recomendación emitida por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) sobre el tiempo de pantalla:
“La AAP recomienda limitar el tiempo que los niños están frente a la pantalla (donde va incluido el tiempo que pasan viendo la TV, viendo películas, enviando mensajes de texto a través del móvil, navegando en Internet y jugando a videojuegos) a un máximo de 2 horas al día para los niños y jóvenes de entre 2 y 18 años. En cuanto a los bebes y los niños de menos de 2 años no deberían pasar nada de tiempo delante de una pantalla (exposición «cero»)”. En estos casos, lo adecuado es que, para su entretenimiento, optes por juguetes como los que puedes ver en nuestra galería.
La clasificación PEGI
La clasificación por edad es un sistema destinado a garantizar que el contenido de los productos de entretenimiento, como son las películas, los vídeos, los DVD y los juegos de ordenador, sea etiquetado por edades en función de su contenido. Orientan a los consumidores (especialmente a los padres) y les ayudan a tomar la decisión sobre si deben comprar o no un producto concreto.
La clasificación de un juego confirma que es adecuado para jugadores que han cumplido una determinada edad. Así pues, un juego PEGI 7 solo será adecuado para quienes tengan 7 o más años de edad y un juego PEGI 18 sólo será apto para adultos mayores de 18 años. La clasificación PEGI tiene en cuenta la idoneidad de la edad de un juego, no su nivel de dificultad.
El sistema PEGI se considera un modelo de armonización europea en materia de protección de la infancia.
Además del sistema de clasificación, algunos estudios recientes ofrecen nuevos datos que te pueden servir de ayuda a la hora de decidir qué es lo más adecuado para tu familia. Estudios recientes muestran que el uso de videojuegos violentos por parte de los niños está asociado con el desarrollo de pensamientos y conductas agresivos. Así, en dichos trabajos se vio que los niños en edad escolar que jugaban a videojuegos de carácter violento presentaban más pensamientos violentos y mostraban un comportamiento más violento. Un ejemplo de pensamiento violento podría ser pensar que está bien pegar a otros niños o fantasear con la idea de pegar a alguien que no es de su agrado.
Basándonos en la información del PEGI y en los estudios recientes, el mensaje con el que hay que quedarse y que le puede ayudar a decidir qué videojuego resulta adecuado para su hijo es:
- El sistema de clasificación del PEGI es un buen punto de partida para los padres, para que puedan hacer una criba del gran número de opciones que hay en el mercado y para tomar una decisión inicial sobre un juego concreto que esté fundada y respaldada por datos.
- En última instancia, un sistema de clasificación no puede reemplazar la interacción directa de los padres con un juego ni el observar la respuesta de su hijo tras haber jugado a dicho juego. El umbral de aprobación y tolerancia de cada padre/madre, así como la reacción de cada hijo al jugar a un juego son independientes de la clasificación asignada por el PEGI y deberían tener más peso a la hora de tomar una decisión.
- Los estudios han demostrado que los niños son más agresivos (tanto en pensamientos como en comportamientos) después de haber jugado a videojuegos de contenido violento. Esta conexión, según creen los investigadores, se debe al mundo de fantasía que crea el videojuego y que muestra un entorno donde los actos carecen de consecuencias, lo que le permite al jugador llevar a cabo acciones agresivas sin que ello le suponga un efecto negativo.
Los videojuegos forman parte de las actividades de ocio de la infancia de nuestros hijos. Se pueden disfrutar con moderación y respetando siempre el desarrollo y la sensibilidad propios de cada niño. El ayudar a tu hijo a encontrar videojuegos que satisfagan su deseo de ocio y entretenimiento a la vez que potencias su desarrollo psicológico y emocional se puede lograr familiarizándote y utilizando el sistema de clasificación del PEGI para tomar las decisiones preliminares y luego, tras la compra, haciendo un seguimiento del contenido del juego y de las reacciones de tu hijo a dicho juego. Si te parece que el juego no resulta adecuado para tu hijo siempre puedes sustituirlo por otro para, así, proteger a tu hijo.