Este tipo de diabetes se desarrolla solo durante el embarazo y puede causar complicaciones durante la gestación y el parto. Aunque tiende a desaparecer después de dar a luz, es importante estar informadas y saber cómo actuar.
La diabetes gestacional se caracteriza por el aumento de glucosa en sangre durante el embarazo. Los niveles alcanzan valores superiores a los normales, que son menos de 110 mg/dl en ayunas y menos de 140 mg/dl después de las comidas, pero no llegan a ser lo lo suficientemente altos como para diagnosticar una diabetes crónica. Las mujeres que padecen diabetes gestacional corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto y de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro. Para diagnosticarla es necesario someterse a pruebas médicas, ya que se trata de una afección cuyos síntomas pasan desapercibidos para las madres.
Los riesgos para el bebé
El exceso de glucosa en sangre puede atravesar la placenta y causar ciertos problemas al bebé. Dos de los más comunes son:
- Macrosomía: el bebé tiene un tamaño más grande de lo normal, algo que podría complicar el parto o propiciar una cesárea.
- Hipoglucemia: niveles bajos de glucosa en sangre.
Además, al igual que la madre, el bebé corre más riesgos de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro.
El diagnóstico
La diabetes gestacional se suele diagnosticar en torno a las 24-28 semanas de embarazo. La prueba para hacerlo es el test de O’Sullivan, que consiste en ingerir 50 gramos de glucosa disueltos en agua. Pasados 60 minutos se realiza una analítica: si el nivel de glucosa es superior o igual a 140 el resultado se considera positivo. En estos casos es necesario realizar una prueba complementaria para determinar el diagnóstico certero de diabetes gestacional (Test de Tolerancia Oral a la Glucosa).
Una vez determinada, es necesario seguir unas pautas para proteger la salud tanto del bebé como de la madre. Básicamente consisten en controlar periódicamente los niveles de glucosa, llevar una alimentación sana, practicar ejercicio de forma regular y mantener un peso saludable. Si el médico lo considera necesario, la madre deberá seguir un tratamiento con insulina.
Factores que pueden producirla
Aunque lo más normal es que la diabetes gestacional se produzca solo durante el embarazo y luego desaparezca, hay ciertos factores que hacen más propensas a las mujeres a padecerlas:
- Sobrepeso y obesidad
- Tener familiares directos que hayan padecido diabetes gestacional
- Tener familiares directos que padecen diabetes de tipo 2
- Antecedentes de diabetes gestacional en otros embarazos
Es recomendable que las mujeres que padecen diabetes y están planeando quedarse embarazas se lo consulten antes a su médico para saber qué medidas preventivas deberían llevar a cabo durante el embarazo para mantener los niveles de glucosa controlados.
¿Qué ocurre después del parto?
A las mujeres que han padecido diabetes gestacional durante el embarazo se les realiza un seguimiento después del parto para comprobar que los valores de glucosa en sangre son óptimos. Normalmente justo después del parto la mujer se recupera y no vuelve a tener valores elevados de glucosa en sangre: de hecho, solo entre el 5% y 10% de las madres que han tenido diabetes gestacional se vuelven diabéticas. Pero aún así, se suele realizar una prueba más, pasadas seis semanas de dar a luz o tras finalizar la lactancia, para cerciorarse de que la diabetes ha desaparecido. La prueba es similar a la del test de O’Sullivan, solo que esta vez se debe ingerir 75 gramos de glucosa.
Es importante que durante el embarazo acudamos rigurosamente a todas las revisiones médicas para prevenir cualquier complicación y asegurarnos de que nuestro bebé nazca sano. Recuerda que la lactancia materna le aportará después una protección contra ciertas enfermedades, entre las que se incluye también la diabetes.