Los niños avanzan en su desarrollo con la rutina y regularidad que les parece aburrido a los adultos. Las rutinas diarias los hacen sentir más seguros y los ayudan a aprender sobre el orden. Es por eso que los rituales sencillos tales como cantar una canción antes de acostarse, se han vuelto realmente fundamentales para los niños de edad preescolar. Si tienes una familia ocupada con muchos eventos inesperados y horarios agitados, estos puntos fijos pueden ser aún más críticos tanto para ti como para tu hijo.
Las vacaciones son momentos especialmente importantes para desarrollar los rituales familiares regulares. Comer los mismos alimentos, utilizando los mismos platos y decoraciones especiales, y experimentando los mismos eventos una y otra vez los ayudan a los niños a entender sus orígenes, valores, e identidades.
Permite que tu hijo participe en los preparativos, y habla de los acontecimientos antes de tiempo. Muéstrale a tu hijo en edad preescolar las imágenes del mismo evento en otro momento, o de eventos similares que ocurrieron en tu infancia. Aunque a esta edad, tu hijo no entiende todas las conexiones, está construyendo un sentido de sí mismo como miembro de una familia y de una tradición.
Si te sientes incómoda con tus propias tradiciones familiares, inventa otras nuevas. Más tarde escucharás a tus hijos decir: “En nuestra familia siempre hemos…” ¡como si tus nuevos rituales se remontaran a 10 generaciones atrás!