La costra láctea es un trastorno muy frecuente en los bebés. Por lo general, aparece después de las tres o cuatro primeras semanas de vida  y tiende a curarse espontáneamente en el plazo de un mes.

La costra láctea provoca que a los bebés les aparezcan enrojecimientos y pequeñas costras de aspecto amarillento en el cuero cabelludo.

Cabe aclarar que este trastorno, técnicamente conocido como dermatitis seborreica, no es grave ya que no afecta al bebé, ni es doloroso. Además esclarecer que este padecimiento, al tener el término “láctea”, no tiene ninguna relación con que que el bebé tome leche materna.

Las causas de la costra láctea aún no son del todo claras, pero es cierto es que, a diferencia de lo que se pensaba en otros tiempos, no tiene nada que ver con la intolerancia a la leche. En realidad, puede tratarse de un factor genético, de un desarreglo hormonal fruto de las hormonas maternas que llegan a través de la placenta y que hacen que las glándulas sebáceas segreguen un exceso de grasa, o de una consecuencia a algunos factores meteorológicos.

 TRATAMIENTO

 

Para la mayoría de los casos, se recomienda dejar que la costra láctea buying real steroids online – lakewoodsteroid.com desaparezca por sí sola.

Pero si los padres prefieren que su bebé no la tenga o se quiere evitar que se extienda hasta la frente y las cejas, basta con buscar la manera de ablandar las costras para que vayan saltando. Existen cremas específicas para tal función aunque el aceite corporal de bebé o el aceite de almendra también son útiles. Se aplica en la cabeza, sobre las costras, haciendo un suave masaje y,un rato después (15-30 minutos), se le baña.

Las situaciones en las que se recomienda un tratamiento, es cuando se observa que la costra láctea abarca una extensión demasiado grande o si se inflama y se infecta. En estos casos, hay que acudir inmediatamente al pediatra para que recete un tratamiento oportuno.

No es cosa sencilla ayudar a que tu bebé deje el biberón, pero nosotros como padres debemos saber que el uso de vasitos entrenadores es benéfico para el desarrollo de nuestros pequeños, pues así ayudamos a afrontar la transición de mamila o seno materno a otro tipo de envases, inculcando la independencia desde pequeños.

Cuando ya es tiempo de que tu bebé deje el biberón o el seno materno, el uso de vasitos entrenadores los ayuda a adaptarse con mayor facilidad a ingerir bebidas y comenzar a sentir las nuevas sensaciones de los alimentos o, en este caso, líquidos, aseguran los expertos .

De igual forma, señalan que un niño puede comenzar a usar un vaso entrenador desde los 4 meses, ya que existen diversos modelos que se adaptan a las necesidades de cada etapa del desarrollo infantil. Sin embargo, también dependerá de lo que los padres prefieran, quienes pueden decidir comenzar a utilizar los vasos entrenadores más adelante, por ejemplo hasta los 6 meses.

De acuerdo a las recomendaciones, el bebé puede tomar cómodamente cualquier líquido en su vasito, ya sea leche, agua o jugo, pues el material con el que están hechos mantiene la temperatura ideal, como lo hace un termo. Además, su diseño y hermeticidad evitan accidentes, como derrames en caso de que el bebé tire, aviente, muerda o haga lo que haga, el vasito se mantendrá intacto.

Para que nuestros niños se familiaricen con los vasitos entrenadores, se aconseja empezar la transición con uno que tenga asas y boquilla suave de silicón, ya que es más sencillo que aprendan a succionar, contrario a lo que sería iniciar con un vaso de pivote. Respecto a esto, los expertos aseguran que “al tener la boquilla de silicón, el bebé no siente tanto la diferencia respecto al seno materno, por lo que no le será difícil acostumbrarse”.

Algunas sugerencias que han compartido con nosotros, para elegir un vaso entrenador adecuado, son las siguientes:

Desde los 4 meses:

  • Vasos con capacidad de 6 oz.
  • Procurar que tenga boquilla suave de silicona para facilitar la transición.
  • Que sea a prueba de derrames, roturas y fugas.

Desde los 9 meses:

  • Vasos con capacidades de hasta de 9oz.
  • Procurar que tengan válvulas anti-derrame, fáciles de limpiar.
  • Los diseños ergonómicos facilitarán el agarre de las pequeñas manos.

De 12 meses en adelante:

  • Vasos con capacidad de 9oz en adelante.
  • Procurar vasos que cuenten con aislamiento de doble pared para mantener las bebidas frescas por más tiempo.
  • Asegurarse de que el vaso cierra herméticamente y no produce goteo.

La alimentación durante los primeros 1000 días  es tan importante que tiene un impacto en su programación metabólica y, a su vez, determina si padecerá enfermedades crónicas como diabetes , hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados en la edad adulta.

Existen productos alimenticios que saben muy bien pero que, por desgracia, no brindan nada bueno para el cuerpo humano. Es por esto que hicimos una lista de comida chatarra que tu bebé nunca debería probar.

 

1. Pastas de sobre o “prepara fácil”

Además de ser una comida rica en carbohidratos refinados, las pastas deshidratadas tienen muchísimo sodio y conservadores, que pueden condicionar el paladar del bebé, acostumbrándolo a platos muy salados.

Además, cuando los niños observan que la comida puede extraerse de una caja o una bolsa, pierden la noción de que para alimentarse bien se necesitan productos naturales y saludables.

 

2. Bebidas energéticas

Estos productos son altamente nocivos para la salud de un bebé. Su alto concentrado de azúcares, cafeína, colorantes, entre otros, podrían provocar daños hepáticos, cardiovasculares y alteraciones al sueño del bebé.

 

3. Sal en exceso

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no sobrepasar los 4 gramos de sal diarios (1,6 gramos de sodio) si el niño tiene entre 7 y 10 años. Si es menor de 7 años, las cantidades se reducen a 3 gramos de sal (1,2 gramos de sodio).

El sodio se utiliza como saborizante y conservante en muchos alimentos preparados, así que lo más recomendable es que revises bien sus ingredientes.

 

4. Palomitas de maíz para microondas

Esta botana, además de contener exceso de sal, tiene grasas trans que son nocivas para el sistema cardiaco.

Autoridades de la FDA ​(Food and Drug Administration) alertaron de los riesgos del revestimiento interior de algunos envases. La mejor alternativa es hacer el maíz directamente en la olla con un poco de aceite de oliva.

 

5. Comida rápida

La también conocida como “fast food” tiene un alto contenido calórico, una gran cantidad de sodio y aditivos (como conservadores) que la convierte en una bomba para el estómago de un menor.

Llorar, ese acto tan íntimo que puede llegar en los momentos más razonables o en los más inesperados. Algunas veces sabemos que el llanto inevitablemente irrumpirá cuando la situación que nos rodea lo amerita, y otras veces, sin siquiera anticiparlo, las lágrimas brotan empujadas por algún recuerdo o sensación que dormitaba desde tiempo atrás en nosotros.

Desde niños nos inculcan la idea de que llorar es señal de debilidad o falta de coraje, sobre todo en los hombres, o muestra de histeria o drama en las mujeres. Nada más equivocado. Llorar no es signo de debilidad o descontrol bajo ningún concepto.

A través de la historia de nuestra cultura, podemos encontrar que los nahuas tenían fuertes creencias y rituales en torno al llanto. Por ejemplo, en ciertas ceremonias, llorar era considerado muestra de humildad y adoración hacia los dioses; también el llanto podía pronosticar buenas lluvias que favorecerían las cosechas o demostrar que la persona que lloraba en rituales específicos se purificaba y poseía una gran fuerza ética.

Llorar es necesario porque, ante todo, es una liberación de energía. Los eventos fuertes o conmovedores que suceden alrededor se acumulan en nuestra sensibilidad y muchas veces no pueden salir de inmediato; por eso es importante permitirle a esa válvula de escape que es el llanto que haga lo necesario: dejar salir la acumulación de emociones, muchas veces dolorosas o negativas.

Llorar es un lenguaje; si nosotros usamos las palabras, el llanto es una forma en la que nuestro cuerpo también se comunica con nosotros y nos dice que algo no está bien o que algo duele y necesita urgentemente salir. Lo que no se llora se acumula y puede causar daño a la larga. Estudios científicos han comprobado que las emociones negativas no expresadas son fuente de estrés y ansiedad y eso ocasiona bajas en el sistema inmunológico, que es el que nos protege de enfermedades y agentes externos.

Hay personas que, por ejemplo, realizan una especie de ritual al poner una canción que toque sus fibras más sensibles para llorar en la privacidad de la habitación como un acto de liberación y purificación de lo que no ha podido salir por sí mismo. Este acto permite conectar con la parte vulnerable y poco escuchada de nosotros, la parte que duele, la nostalgia o la herida. Llorar para sanar.

Incluso, llorar también resulta placentero por el hecho de liberar la presión, como cuando recibimos masaje en los músculos tensos después de un fuerte ejercicio. Al terminar de llorar, los problemas se presentan propensos al análisis consciente y es mucho más fácil encontrar la tranquilidad porque la niebla mental se disipa.

Realmente se ha escrito poco acerca del llanto, pero si también te interesa conocer algo de su lado poético, te invitamos a que busques el poema “Llorar a lágrima viva” del poeta argentino Oliverio Girondo, quien aporta una nueva visión sobre este acto tan inevitable y conmovedor.

En este, como en muchos otros temas del desarrollo infantil, la palabra clave es imitación. Desde muy pequeños, los niños copian las conductas de los mayores; esta es la base de su desarrollo. Ellos desean ser como los grandes, y se sienten muy bien cuando van alcanzando metas, como tomar el tenedor, beber agua de un vaso, o sentarse a la mesa con la familia.

A veces, los problemas se presentan cuando intentamos imponer una conducta para la que el niño no está maduro. Por ejemplo: un niño de un año de edad no tiene la coordinación suficiente para utilizar un tenedor. Si le exigimos que lo haga, solamente lo enfrentaremos a la frustración; la relación con él podría volverse difícil y cuando el niño ya tenga la edad suficiente para aprender, su actitud hacia esta actividad puede ser negativa porque la conducta, por así decirlo, “ya fue marcada”. 

Si bien cada niño se desarrolla a un ritmo diferente, resulta muy importante conocer las edades en las que podemos esperar ciertas conductas:

  • Durante los primeros seis meses, el bebé toma leche materna o de formula ; su alimentación depende completamente de la madre
  • Alrededor de los 10 meses, algunos empiezan a beber de una taza o de un vaso entrenador; para entonces ya han probado los cereales y purés, pero todavía dependen de la madre para su alimentación
  • Cuando los niños cumplen un año empiezan a masticar alimentos suaves; la mayoría de ellos ya saben beber de una taza. A esta edad, muchos desean empezar a comer solos, por lo que puedes darles trozos pequeños que puedan tomar con los dedos. Es de enorme importancia evitar los alimentos con los que se pueden atragantar
  • Para los dos o tres años de edad , ya deben estar completamente integrados a la dieta familiarOtra forma de “marcar una conducta” es celebrarla porque resulta tierna o graciosa; por ejemplo: cuando los bebés comen con los dedos, a veces tiran la comida fuera de la mesa. Esta etapa es pasajera, pero si a los demás les parece graciosa y la comienzan a celebrar, el bebé aprenderá a hacerla para obtener el aplauso o la risa de los demás; y lo obtendrá… por un tiempo. Cuando la conducta deja de ser graciosa, puede resultar difícil eliminarla. Por lo que te sugerimos prevenir las conductas que más adelante pueden transformarse en un problema.

    Para nadie resulta placentero pasar toda la hora de la comida corrigiendo a los niños: ni para los niños ni para ti. Elige una sola cosa que quieras enseñar, por ejemplo, no hablar con la boca llena; ayuda con el ejemplo y, si es posible, involucra a toda la familia en el proceso. Explícale a tu hijo por qué no debe hacerlo, y sobre todo, ten paciencia.

Hacia los nueve meses de edad , los bebés ya saben lo que necesitan y quieren pero carecen de la habilidad para comunicarlo con palabras. Sin embargo, sus manos están listas para hacerlo por medio de señas. Una nueva tendencia en educación está reduciendo la brecha entre la etapa de los balbuceos y las palabras. Los bebés pre-verbales pueden decir lo que quieren mucho antes de que puedan hablar, comunicándose con lenguaje de señas.

Al enseñar señas al bebé se pretende dotarle de una herramienta para que exprese sus necesidades , pensamientos y emociones durante la etapa previa a la fluidez del lenguaje , que ocurre entre los 24 y 36 meses de edad. De hecho, todos los padres enseñamos a nuestros bebés algunas señas, como la de abanicar la mano para decir “adiós” o negar con la cabeza. Sin embargo, cuando los bebés pueden sustituir algunos de sus gritos, llantos y berrinches con unos simples movimientos de las manos, dejan de sentirse frustrados porque no logran hacerse entender.

El lenguaje de señas del bebé (LSB) está basado en el Lenguaje de Señas Americano (ASL) que es el estándar utilizado por los sordos en Estados Unidos. Pensado como una herramienta temporal, el LSB fomenta la autoestima del bebé, facilita la comunicación, reduce la frustración que antecede a la etapa verbal, refuerza las habilidades de memoria y fomenta el desarrollo del lenguaje hablado.

Se podría pensar que si se pone énfasis en la comunicación manual, la comunicación verbal se puede retrasar. Pero en la realidad es todo lo contrario: diversos estudios han demostrado que los bebés que usan lenguaje de señas no sólo aprenden a hablar más pronto, sino que para los dos años tienen, en promedio, un vocabulario de 50 palabras más que un niño que no utilizó señas, mientras que a los tres años tienen habilidades de lenguaje esperadas en niños de cuatro. Así como gatear estimula el interés de un niño por caminar, usar lenguaje de señas parece crear un puente para la comunicación verbal. Existen estudios que indican que usar lenguaje de señas puede ayudar, además, a tener una mejor comprensión de la gramática y la conjugación de verbos.

La transición del lenguaje de señas al lenguaje verbal es sencilla, ya que una vez que el niño conoce y puede pronunciar la palabra para referirse a un objeto, deja de utilizar la seña, sobre todo si los padres también dejan de utilizarla.

Lo recomendable es comenzar desde los 6 ó 7 meses, para que alrededor de los 10 meses el bebé pueda comenzar a expresarse con señas. Para enseñar a tu bebé el LSB no necesitas ser una experta. Entre las palabras más comunes con las que se inicia la enseñanza de señas están las que se refieren a la comida, el baño, los animales, las emociones y el juego. Comienza con unas cuantas señas y progresa poco a poco hacia conceptos más abstractos. Ayúdalo a formar la seña con sus manos y ten mucha paciencia.

Aquí te mostramos algunas señas del ASL que puedes enseñar a tu bebé:

  • Mamá: con la palma estirada y los dedos apuntando hacia arriba, acerca el pulgar a tu barbilla
  • Papá: igual que la seña de mamá, pero con el dedo pulgar en la frente
  • Leche: abre y aprieta el puño, como si ordeñaras una vaca
  • Comer: acerca la mano a la boca, como si sujetaras un pedazo de comida y fueras a introducirla
  • Bañarse: mueve los puños de arriba hacia abajo sobre el pecho, como si te lo frotaras
  • Caliente: simula que muerdes algo (una manzana) y lo avientas con la mano

Desde que nació, supiste que era lo mejor que te había pasado. Verlo crecer y sonreír es uno de tus mejores regalos y aunque quisieras pasar la mayor parte del tiempo con él, necesitas trabajar e inscribirlo en la guardería.

Han pasado dos semanas y las maestras siguen diciéndote que no deja de llorar ni de pedir por ti; obvio la culpa te consume y piensas que lo mejor sería sacarlo, pero tranquila; déjalo vivir el proceso de adaptación. Cuando los niños son pequeños, dejarlos al cuidado de alguien más puede causarles frustración y miedo sin embargo, si la persona que está a su cargo es capaz de estimularlos y brindarles la atención necesaria, las rabietas desaparecen poco a poco.

Ahora bien, aunque sus cuidadoras sean quienes se encarguen de alimentarlo, tú también debes poner de tu parte: transmitirle la seguridad y confianza que necesita y reforzar su relación aunque estén más tiempo separados.

Para lograrlo, empieza por asimilar que esos episodios de llanto no afectan su desarrollo emocional, ni “lo trauman”, son sólo el medio que tiene para expresar el estrés por algo nuevo y que si pudieras traducirlos serían algo como:

Tips para reforzar el lazo entre ustedes

 

1. Come con él al menos una vez al día. Si se te complica, prepárale un lunch especial y el fin de semana hazlo sin excusas

2. Aprovecha tus ratos libres para jugar y estimular sus capacidades. No seas sólo compañía, interactúa con él y reconoce lo que es capaz de hacer, motívalo

3. Enséñale tanto como puedas. Desde cómo girar una perilla hasta números o colores, se trata de que él sienta tu atención

4. Demuéstrale tu amor aunque tengas que disciplinarlo. Evita caer en el juego de la culpa de que como no lo ves, no merece que lo regañes. Los límites son otra muestra de afecto y el que te tomes el tiempo de inculcárselos será vital para su desarrollo.

5. ¡Relájate! Muchas veces las mamás tienen más miedos que los propios niños y tu habilidad para encontrar esa fina línea, hará la diferencia.

Los videojuegos son una gran fuente de entretenimiento y de diversión. Nuestros hijos tienen acceso a ellos de múltiples maneras; entre ellas, las consolas individuales (como la Nintendo DS o la PSP), consolas familiares o comunidades de jugadores en línea a las que se puede acceder a través de nuestro ordenador personal, de nuestro teléfono móvil avanzado (smartphone) o de una videoconsola conectada a Internet. Además de este amplio abanico de dispositivos y plataformas, la variedad de juegos que hay es apabullante y a los padres les puede resultar complicado saber qué juegos son apropiados para sus hijos. Para elegir bien es importante tener en cuenta los contenidos, la temática en la que están basados y los gráficos utilizados, entre otros aspectos. Deanna Mason, experta en paternidad proactiva y apoyo profesional a la familia, nos da las claves.

Con tantos juegos disponibles, es prácticamente imposible que los padres se pongan a probar cada juego —jugando ellos mismos— antes de dejarle a su hijo jugar con él. Por este motivo, el sistema de clasificación, PEGI, creado por el Instituto Holandés de Clasificación de Material Audiovisual (NICAM) y el Video Standards Council (VSC) puede resultar útil como punto de partida. PEGI está reconocido en toda Europa y cuenta con el respaldo entusiasta de la Comisión Europea.

Antes de comenzar, siempre está bien recordar la recomendación emitida por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) sobre el tiempo de pantalla:

“La AAP recomienda limitar el tiempo que los niños están frente a la pantalla (donde va incluido el tiempo que pasan viendo la TV, viendo películas, enviando mensajes de texto a través del móvil, navegando en Internet y jugando a videojuegos) a un máximo de 2 horas al día para los niños y jóvenes de entre 2 y 18 años. En cuanto a los bebes y los niños de menos de 2 años no deberían pasar nada de tiempo delante de una pantalla (exposición «cero»)”. En estos casos, lo adecuado es que, para su entretenimiento, optes por juguetes como los que puedes ver en nuestra galería.

La clasificación PEGI

La clasificación por edad es un sistema destinado a garantizar que el contenido de los productos de entretenimiento, como son las películas, los vídeos, los DVD y los juegos de ordenador, sea etiquetado por edades en función de su contenido. Orientan a los consumidores (especialmente a los padres) y les ayudan a tomar la decisión sobre si deben comprar o no un producto concreto.

La clasificación de un juego confirma que es adecuado para jugadores que han cumplido una determinada edad. Así pues, un juego PEGI 7 solo será adecuado para quienes tengan 7 o más años de edad y un juego PEGI 18 sólo será apto para adultos mayores de 18 años. La clasificación PEGI tiene en cuenta la idoneidad de la edad de un juego, no su nivel de dificultad.

El sistema PEGI se considera un modelo de armonización europea en materia de protección de la infancia.

Además del sistema de clasificación, algunos estudios recientes ofrecen nuevos datos que te pueden servir de ayuda a la hora de decidir qué es lo más adecuado para tu familia. Estudios recientes muestran que el uso de videojuegos violentos por parte de los niños está asociado con el desarrollo de pensamientos y conductas agresivos. Así, en dichos trabajos se vio que los niños en edad escolar que jugaban a videojuegos de carácter violento presentaban más pensamientos violentos y mostraban un comportamiento más violento. Un ejemplo de pensamiento violento podría ser pensar que está bien pegar a otros niños o fantasear con la idea de pegar a alguien que no es de su agrado.

Basándonos en la información del PEGI y en los estudios recientes, el mensaje con el que hay que quedarse y que le puede ayudar a decidir qué videojuego resulta adecuado para su hijo es:

  • El sistema de clasificación del PEGI es un buen punto de partida para los padres, para que puedan hacer una criba del gran número de opciones que hay en el mercado y para tomar una decisión inicial sobre un juego concreto que esté fundada y respaldada por datos.
  • ​En última instancia, un sistema de clasificación no puede reemplazar la interacción directa de los padres con un juego ni el observar la respuesta de su hijo tras haber jugado a dicho juego. El umbral de aprobación y tolerancia de cada padre/madre, así como la reacción de cada hijo al jugar a un juego son independientes de la clasificación asignada por el PEGI y deberían tener más peso a la hora de tomar una decisión.
  • Los estudios han demostrado que los niños son más agresivos (tanto en pensamientos como en comportamientos) después de haber jugado a videojuegos de contenido violento. Esta conexión, según creen los investigadores, se debe al mundo de fantasía que crea el videojuego y que muestra un entorno donde los actos carecen de consecuencias, lo que le permite al jugador llevar a cabo acciones agresivas sin que ello le suponga un efecto negativo.

Los videojuegos forman parte de las actividades de ocio de la infancia de nuestros hijos. Se pueden disfrutar con moderación y respetando siempre el desarrollo y la sensibilidad propios de cada niño. El ayudar a tu hijo a encontrar videojuegos que satisfagan su deseo de ocio y entretenimiento a la vez que potencias su desarrollo psicológico y emocional se puede lograr familiarizándote y utilizando el sistema de clasificación del PEGI para tomar las decisiones preliminares  y luego, tras la compra, haciendo un seguimiento del contenido del juego y de las reacciones de tu hijo a dicho juego. Si te parece que el juego no resulta adecuado para tu hijo siempre puedes sustituirlo por otro para, así, proteger a tu hijo.

La lactancia materna cuando se tiene un parto múltiple puede resultar un tanto abrumadora para las mamás. Obviamente requiere el doble de trabajo y dedicación que cuando solo se tiene un bebé por lo que puede resultar algo duro adaptarse a esta nueva situación. Te contamos cómo puedes hacerlo de la forma más sencilla posible con los siguientes consejos.

Sí, dar el pecho a dos o más bebes a la vez es posible. Pero lo cierto es que esto siempre conlleva una mayor dedicación y trabajo por parte de los papás. Es imprescindible establecer y cumplir una serie de rutinas para que sobre todo aprendas a organizar tu tiempo. En el caso de los partos múltiples, lo ideal es que los peques hagan todas sus actividades a la vez: las comidas, tiempo del aseo, las siestas…

Esto será bueno para ellos porque adquirirán sus rutinas y también para vosotros, porque así podréis descansar y aprovechar esos ratos que duermen para dedicaros a otras tareas pendientes. A veces algunas mamás dejan que el horario de las próximas comidas lo imponga el más hambriento, aunque debes tener en cuenta que normalmente el tiempo entre toma y toma suele ser de unas 3 o 4 horas (a demanda de los pequeños).

Técnicas de succión para gemelos

Cuando vemos dar de mamar a una madre a su hijo nos da la sensación de que es algo tan natural que parece sea lo más fácil del mundo. Cierto es que al final terminas cogiendo el truco pero todas las mamás han sufrido algún que otro bache por el camino. Igual pasa con la lactancia en gemelos. Antes de tener a tus bebés contigo debes haberte informado de todas las técnicas de amamantar que existen para los casos de gemelos o mellizos: las posturas para colocarlos así como aprender a colocarlos para que su succión sea correcta y la leche llegue bien a los pequeños.

Si ya nos resulta difícil con uno, enseñar a que aprendan a mamar a dos bebés no es tarea fácil por eso debéis armaros de paciencia: tanto tú como tu pareja, y no darte por vencida a la primera de cambio (puedes complementar su alimentación con biberones complementarios con la ayuda de sacaleches). Simplemente es cuestión de dedicarles algo más de tiempo, cosa que no te supondrá ningún problema porque lo único que quieres hacer cuando eres mamá es estar con tus bebés.

Según los expertos, para saber que el bebé se está amamantando correctamente debe tener su boca entreabierta, echando los labios un poquito hacia atrás al succionar, y hacerlo de forma rítmica y profunda. La lactancia debe ser algo que no produzca ningún dolor a la madre, si ocurre lo contrario algo se está haciendo mal. En ese caso es aconsejable acudir al ginecólogo o matrona para que nos ayuden a determinar cuáles son las mejores posturas para dar de mamar a nuestros bebés.

Cómo comenzar a dar de mamar a gemelos

Los expertos recomiendan terminar la toma de cada bebé individualmente ya que uno puede tener más hambre que otro o también cuando comenzamos a conocerles, saber cuánta cantidad suele tomar cada uno. También pueden hacer sus tomas de completas de forma individual, pero lo recomendable es que si los dos han aprendido a mamar bien las tomas sean simultáneas, para facilitar el trabajo a los papás. Pero siempre piensa que lo principal y más importante debe ser la buena alimentación de tus hijos.

Las posturas que se recomiendan cuando se da el pecho a dos bebés a la vez son:

>En forma de cruz, la mamá sentada coge a cada bebé con un brazo mientras maman cada uno de un pecho. Es decir, la posición habitual de un bebé pero con dos.
>En paralelo, con los dos bebés en la misma dirección mamando cada uno de un pecho.
>Tumbada boca-arriba con los bebés tumbados sobre ti y cada uno mamando de un pecho.
>Con un bebé hacia cada lado, uno sobre el otro y cada uno mamando de un pecho.

El tiempo de las tomas también puede ser variable según cada mamá. Existen madres que tienen un flujo de leche tan rápido que tan solo 10 o 20 minutos de toma ya han podido alimentar debidamente a sus pequeños mientras que en otras, el bebé debe succionar durante un tiempo, incluso hasta una hora, para conseguir una alimentación completa. Es decir, un bebé debería ser alimentado de entre 6 a 9 veces al día y en el caso de tener gemelos y alimentarles individualmente estas se duplicarían.

También existen mamás que no tienen suficiente leche para un bebé, por lo tanto todavía menos para dos incluso llevando una vida totalmente sana y teniendo una alimentación saludable. Por tanto, las mamás que tengan este problema no deben sentirse para nada culpables y valerse de leche de fórmula para completar aquellas tomas a las que ella no llegue. Es imposible tener una producción de leche medida para tu bebé.

Asimismo una de las creencias más generalizadas es que las mamás pueden presentar síntomas de deshidratación al dar el pecho a dos bebés pero nada más lejos de la realidad. Bien es cierto que se produce una mayor sensación de sed pero la lactancia siempre aporta numerosos beneficios para la salud tanto de la madre como de los pequeños e incluso puede ayudarte a eliminar esos kilos restantes que sobran después del embarazo.

Durante el embarazo se pueden producir cambios sorprendentes en tu cuerpo. Puede cambiar el sentido del gusto, la vista… ¡e incluso el tamaño de los pies!

Ya sabes que durante la gestación vas a engordar unos cuantos kilos, te vas a notar más sensible, somnolienta e incluso despistada. A veces, estarás muy contenta, a veces muy tristona, porque las hormonas harás de las suyas. A medida que avancen estos nueve meses te sentirás más torpe y te costará moverte por el volumen de la barriga, la hinchazón de piernas, el cansancio… La mayoría son cambios evidentes. Pero hay otros que no lo son tanto y con los que puedes encontrarte por sorpresa. ¿Quieres saber de cuáles se trata?

1. Te crecen… ¡los pies!

Si tienes complejo de pie pequeño, estás de suerte. Porque en el embarazo los pies crecen hasta una talla. Suele deberse a la retención de líquidos. Tranquila, es un efecto transitorio y podrás recuperar tu zapatero maravilloso cuando des a luz.

2. Te aumenta la miopía

Por efecto de las hormonas del embarazo, si eres miope en estos nueve meses… ¡lo serás aún más! Es posible, además, que si siempre has tolerado las lentillas, ahora dejes de hacerlo. Eso sí, si tienes pensado operarte de la vista, no lo hagas hasta pasados unos meses de posparto, cuando las hormonas y tu graduación se estabilicen.

3. No soportas determinados olores

Si la sensibilidad a los olores del embarazo permaneciese durante toda la vida, se nos haría muy complicado convivir. Porque ahora no soportarás olores cotidianos, como el del perfume de tu chico, el de los muebles de tu casa, el de comidas que antes te encantaban… Respira, también acaba pasando.

4. Te apetece comer cosas raras, raras, raras

Tu paladar deja de ser gourmet durante el embarazo y, de repente, te apetecerá comer cosas (muy raras), harás combinaciones imposibles o te morirás por alimentos que antes repelías. Lo de los pepinillos en vinagre es muy conocido, pero no te sorprendas si te ofrecen ir a comer a un restaurante con 3 Estrellas Michelin y prefieres quedarte en casa saboreando un plato de… ¡albóndigas de lata! O si te da por los berberechos y los tomas hasta la indigestión. Ahora bien, si te sientes atraída por cosas como la tiza, los metales o alguna otra incomestible, puede que estés pasando un problema más grave, denominado pica, por el que tendrías que consultar al ginecólogo.

5. Te sale una línea negra en el ombligo

Es uno de los grandes misterios del embarazo. ¿Por qué sale esa línea oscura desde el ombligo hasta el pubis? Se denomina “línea alba” y va desapareciendo en el posparto. Pero el hecho es que dividirá tu barriga en dos quizá para señalarte que a partir de este momento tu corazón latirá doble: por tu hijo y por ti.

6. Disfrutas de orgasmos increíbles

Sí, has leído bien. A pesar de la barriga y de las molestias del embarazo, el placer sexual se intensifica mucho durante la gestación. Lo habitual es que suceda durante el segundo trimestre, el mejor si estás embarazadas. Muchas mujeres sienten un aumento exponencial del deseo y disfrutan de unos orgasmos con una intensidad diferente, y algunas que hasta ese momento no habían disfrutado del sexo de experimentan sus primeros orgasmos estando embarazadas ¿La razón? La zona de la vagina tiene mucha más irrigación sanguínea, lo que aumenta la sensibilidad y el placer. ¡A disfrutarlo! El sexo durante el embarazo puede ser maravilloso.

7. La comida te sabe a metal

Al margen de las náuseas y los vómitos y la ralentización de la digestión durante el embarazo, hay un cambio que te puede estropear las comidas: la disgeusia. Dicho así tal vez no sepas a qué se refiere, pero es la molesta sensación de que saboreas algo metálico, como si chuparas monedas. Se debe a una desregulación en los niveles de estrógenos, así que, como la mayor parte de lo menos bueno en el embarazo, acaba pasando.

8. ¡Roncas! Sí, tú

Las mujeres embarazadas suelen roncar, incluso si nunca antes lo habían hecho. Se debe a la congestión nasal que se experimenta sobre todo al final de la gestación. No te avergüences. ¡Una experiencia más que contar a tu retoño!

9. Te sale pelo en sitios insospechados

Hay algo muy bueno durante el embarazo: tu melena lucirá más espléndida que nunca. Durante estos nueve meses, lo habitual es que el cabello se fortalezca y entre en fase de reposo, por lo que no se caerá. Pero… eso implica también que a algunas mujeres les crece pelo donde antes no lo había (rostro, barbilla, brazos…). No se puede hacer mucho contra esto, pues, una vez más es efecto de las hormonas, pero todo volverá a su naturaleza en el posparto.

10. Tu corazón (y otros órganos) se recoloca

Como si se tratase de un “tetris”, órganos tan importantes como el corazón se desplazan y recolocan en el embarazo. Por ejemplo, el corazón se traslada más hacia arriba y hacia adelante para permitir el crecimiento uterino. El estómago, el hígado, los pulmones… modifican su ubicación habitual para dejar paso al bebé.

El baño es un centro de actividades para las familias con niños pequeños. Ya sea la hora de darse un baño o de una sesión de entrenamiento de control de esfínteres, así es como debes mantener a tu pequeño alejado de situaciones en las que podría lastimarse:

  1. Mantén un ojo en la bañera. Permanece en el baño con tu hijo mientras se baña. Asegúrate de vaciar la bañera cuando haya terminado de bañarse. Limpia los cubos de basura.
  2. Organízate. Mantén una canasta con todos los productos básicos cerca de la bañera. Ordena los productos que utilizarás antes de cualquier actividad, de modo que no debas salir del baño.
  3. Prueba el agua. Sumerge tu mano en el agua antes de meter a tu hijo en la bañera. Para una mejor protección y evitar quemaduras, Pruebala con el codo.
  4. Evita que se resbale. Aplique tiras antideslizantes en el suelo de la bañera. Coloca una cubierta acolchada (o una toalla funcionará también) sobre el grifo de agua para evitar lesiones como golpes contra el grifo.
  5. Coloca una traba a la tapa del inodoro. Enséñale a mantener la tapa del inodoro baja y trabada.
  6. Mantén los medicamentos y los cosméticos fuera del alcance. Si conservas los medicamentos y los cosméticos en el baño, asegúrate de que estén en un gabinete fuera del alcance.

Es natural que desees celebrar el primer año de tu bebé. La fiesta en sí quizás dure algunas horas, pero estos consejos te ayudarán a crear recuerdos gratos para toda la vida.

1. Planta un árbol. Como tu bebé, el árbol crecerá con cada año que pasa, asentando sus raíces y expandiendo sus ramas al mundo. Cada año puedes tomar fotos de tu hijo junto a su árbol especial. Es hermoso registrar su vida y también le enseña sobre la conexión que tenemos con la tierra y el medio ambiente.

2. Arma una colcha del primer año. Esta es una forma cariñosa de guardar una parte de ese enterizo adorable de recién nacido del que no puedes desprenderte. Reúne la ropa, las sábanas y las mantas que te gustaría usar, recórtalas en cuadrados y cóselos para formar una colcha. Será un obsequio especial para cuando crezca.

3. Registra la historia de tu bebé. Selecciona tus fotos preferidas de los últimos 12 meses y colócalas en un álbum de recortes. Escribe una breve historia o crea una diapositiva destacando los momentos especiales y los logros del primer año de tu bebé.

4. Tómale una huella. Utiliza un kit de moldes para tomar una impresión de la mano o el pie de tu pequeño. Colócala en un marco doble, con el molde en un lado y una imagen del primer cumpleaños en el otro.

5. Crea una cápsula del tiempo.

Recopila artículos que capturen la esencia del primer año de tu bebé: una foto de tu casa, una muestra de su colcha preferida, un sonajero que le encantaba, etc. Guárdalos en una caja cerrada para abrirla cuando cumpla 18 años.

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