¡El hecho de duplicar besos, caricias y mimos es una aventura fascinante, aunque también habrá que duplicar la energía!

Dudas proyectos y sueños por partida doble! ¿Podré criar a dos bebés a la vez? ¿Cómo repartirse? ¿Se puede amamantar a dos? ¿Tendré suficiente leche? ¿Y si lloran al mismo tiempo? Estas y muchas otras preguntas aparecen a lo largo de todo el embarazo. La mejor manera de combatir la ansiedad consiste en informarse y hablar con padres que ya pasaron por la experiencia. Es fundamental desarrollar confianza en la futura mamá. La maternidad es una actividad que se aprende.

El problema de amamantar a dos bebés no es la cantidad de leche, sino el tiempo que se requiere.Al ser dos los que maman la glándula mamaria se estimula doblemente y, por lo tanto, produce mayor cantidad de leche. Si bien la primera prendida a la teta debe ser de a un bebé por vez, al retornar al hogar se puede probar colocando a los bebés al mismo tiempo.

Sentada en un sillón cómodo o en la cama rodeada de almohadones, o adoptando la posición acostada, se puede probar que los dos bebés mamen juntos. Es necesario alternar las posiciones durante las mamadas. Parece muy complicado pero en la práctica no lo es. Esta técnica aumentará la producción de leche dado que al succionar simultáneamente producirán mayor estimulación, y por otro lado, permitirá a la mamá tener un tiempo de descanso.

En esta etapa de aprendizaje, los cambios son continuos, poco a poco se irán coordinando los tiempos y las necesidades, una cuota de flexibilidad hará más llevadero este dasafío que significa cuidar a dos recién nacidos. ¡Las recompensas son grandiosas!

Consejos

La ayuda externa será de gran utilidad para que la mamá pueda descansar. El estrés atenta contra la lactancia.

• Usar brasier que ajusten sin comprimir.

• Dieta equilibrada y tomar mucho agua.

• Amamantar con frecuencia para estimular los pechos.

• Alternar las posiciones durante las mamadas.

Tener en cuenta estos elementos para el cuidado de los pezones:

Aire: airear lo pezones luego de cada mamada.

Lubricación: aplicar una gota de calostro del propio pecho o crema de calédula para proteger el pezón.

Agua: realizar la higiene diaria sin ningún agregado de jabón o alcohol para preservar la grasa natural del pezón.

Sol: exponer los pechos al sol en horarios seguros para fortalecer la piel.

La mayoría de estos recién nacidos pretérmino pesan menos de 2.500k y aunque tengan un crecimiento intrauterino adecuado a su edad gestacional, el problema reside en la obtención de la madurez fisiológica (pulmonar, neurológica, hepática) para poder sobrevivir en el medio extrauterino. Cuanto menos tiempo de gestación, mayores dificultades.

Los padres que tienen un parto pretérmino, se encuentran con su bebé antes del tiempo esperado. Durante el tiempo de gestación existe un proceso de adaptación emocional, etapa necesaria para una adecuada preparación al proceso posterior al nacimiento. Pero en el caso de la prematurez, los procesos se aceleran y son vividos antes de lo esperado. A esto se suma la preocupación por la fragilidad de la existencia del bebé prematuro.

Sentimientos comunes en estos casos

A veces puede sentir que ella ha fallado, porque no pudo llevar un embarazo a término, a lo que se suma el duelo por la etapa de gestación que ya no se podrá vivir. El bebé que ella ha imaginado en todo ese tiempo, el bebé de sus sueños y fantasías, deberá confrontarlo con un bebé de aspecto muy diferente, más pequeño, más delgado, menos gratificante. Será necesario que se sobreponga a esta realidad, para enfrentarse con su bebé real que puede estar en riesgo y debe ser protegido. Realidad distinta vive el padre, teniendo la oportunidad de ejercer su rol y disfrutar de un protagonismo que muchas veces su esposa y/o la propia sociedad no se lo permiten. Es por este motivo importante potenciar el rol paterno en estas circunstancias.

No olvidemos la importancia del contacto físico con el niño en el postparto. Durante el embarazo la madre siente que el bebé es parte de sí misma. Al nacer se vivencia una pérdida corporal y mental de una parte de sí misma. Al establecer pronto contacto con su bebé a través del amamantamiento y contacto físico, se restablece la fusión necesaria en este primer tiempo.

En cambio en la prematurez, esta interacción entre madre e hijo se ve interrumpida. El padre puede en este momento jugar el rol de contención de su esposa y nexo entre madre e hijo, a la vez que ofrecer los cuidados y afectos necesarios a su bebé.

La importancia del contacto físico y verbal

Debido a su permutarez, los bebés deben permanecer aislados dentro de incubadoras y en salas especiales durante cierto tiempo. Pero esto no debe impedir que la necesidad de contacto humano sea satisfecha. Por eso es importante el papel que cumple la enfermera que en su turno está al cuidado del niño, en cuanto a sus demostraciones de afecto e interés hacia él, intentando decodificar sus estados de ánimo y expresarlo con palabras.

Es muy importante que quienes lo rodean se comunique verbalmente con el bebé. También los padres están accediendo con menos limitaciones al lado de la incubadora, situación que aminora la distancia entre ellos, impide un alejamiento prolongado, buscando restablecer la comunicación, aunque en forma muy distinta a la que ellos hubieran deseado.

Las madres de pequeños prematuros pasan mucho tiempo en una Institución médica. Superada la crisis inicial, deberá regresar a casa con un niño más frágil de lo esperado. Deberá over the counter dosage trenbolone enanthate in australia what superar el temor al riesgo de vida de su hijo, a la vez de ganar confianza en sí mismas en cuanto a su capacidad de cuidado y protección. Es de esperar que una vez en el hogar, el contacto físico y las técnicas de amamantamiento aprendidas permitan restaurar el alejamiento forzoso y se establezcan vínculos necesarios que permitan una adecuada interacción madre-bebé. En este momento la Red social que rodea a la familia es muy importante: familiares, amigos y la propia institución de salud puedan realizar un seguimiento apoyando por un tiempo a los padres.

 

Cuando lo más habitual es tener un solo hijo, a veces resulta que vienen dos o más, y ya nada vuelve a ser igual en la familia.

También aparecen las preguntas en relación a su educación, que es lo más conveniente para ellos y que no, etc.

Al tratar de educar y entender a los mellizos, hay que tener en cuenta que desde el momento de su concepción han permanecido uno al lado del otro y ninguno sabe lo que es estar solo. Esto va a determinar en buena parte su personalidad y su forma de ser. Los mellizos se relacionan con ellos mismos de una manera que difiere en ciertos aspectos de otro tipo de relaciones interpersonales.

Esta especial identificación que se da entre ellos con frecuencia retarda la maduración de ambos niños causando a veces dificultades de lenguaje o interfiriendo en la forma de relacionarse con otras personas, así como creando una cierta confusión de identidad. En cuanto al lenguaje es frecuente que sea un poco lento en cuanto a la adquisición de esta función, ya que cada niño tiene al otro como un modelo más frecuente que el modelo de los adultos o de otros niños mayores, y por tanto su progreso modesto o deficitario es el resultado de tener un modelo más pobre.

En ocasiones también se da que manejan un lenguaje privado entre ellos, que se desarrollaría cuando hay una tendencia pronunciada al aislamiento. Habitualmente manifiestan un carácter complementario, donde uno se muestra débil y otro fuerte, uno es tímido y el otro extrovertido, uno manda y el otro obedece … Y de la misma manera, no hay que preocuparse cuando intercambian su personalidad habitual, cosa que se da a menudo. Los padres de mellizos deben tener en cuenta que estos niños necesitan desarrollar su propia personalidad, determinar su yo y asumirse como un ser distinto de su hermano. Los mellizos luchan por existir separadamente y no es bueno confundirlos y no diferenciarlos.

Por eso conviene:

  • Evitar los nombres parecidos o de parejas como Pedro y Pablo, Isabel y Fernando, etc., y esforzarse por llamarlos siempre por el nombre sin recurrir a la expresión de “los mellizos”.
  • Estimularlos a relacionarse con su entorno para evitar que se aíslen y prevenir retrasos en el habla.
  • No es aconsejable vestirlos de forma idéntica porque esto no los ayuda a diferenciarse.
  • Acostarlos en cunas separadas y si en la casa hay espacio, en distintas habitaciones.
  • Que cada uno cuente con sus propios juguetes, distintos a los de su hermano/a y su lugar particular para guardarlos.
  • Tratar que desde pequeños cada uno cuente con atención personalizada, sin esforzarse por que cada uno cuente con el mismo mimo, la misma galletita o una penitencia parecida.
  • A partir de los 2 o 3 años es muy positivo acostumbrarlos en forma muy gradual a vivir la experiencia de la separación, por ejemplo dejando una tarde a uno con los abuelos y al otro con otro familiar o amigo.
  • A la hora de ir al Jardín, tratar de que los ubiquen en clases separadas y que tengan la posibilidad de crear sus propios grupos de amigos.
  • Hacer una torta para cada uno el día de su cumpleaños.

Pero ante todo hay que tener en cuenta que estas actitudes resultarán ineficaces si no se acompañan de una actitud interior de los padres dispuesta a aceptar el movimiento existente en los mellizos que oscila entre la fusión y la diferenciación.

¡¡El bebé está llorando!! Algo que sucede con frecuencia en la mitad de la noche y que generalmente encuentra a una mamá y a un papá cansados del trajín diario.

Habitualmente la primera reacción es acercarnos a su cuna y cantarle o darle palmaditas para que se calme.

Si esto no funciona, seguramente lo alcemos y los hamaquemos por unos minutos. Y vuelta a la cama. Pero cuando esta situación se repite por segunda o tercera vez en la noche, los padres solemos caer en la tentación de traer al bebé a nuestra cama para que se sienta protegido, no pase frío y así todos pueden seguir durmiendo.

Este episodio puede ser el comienzo de muchas noches “con visitas” en la cama de mamá y papá alrededor de los dos años, cuando el bebé ya camina. Por eso es importante pensar bien si es conveniente o no traer al bebé a nuestra cama.

En primer lugar es cierto que una sola noche no perjudica a nadie, pero tiene que quedar claro que es una excepción. Pero en una etapa en que los niños sueñan y sienten temores es muy fácil que la presencia del bebé en la cama grande se transforme en un hábito antes que los padres tomen conciencia de ello.

Cuando un bebé llora asustado está necesitando la presencia, el calor y la voz tranquilizadora de los padres, por eso, es conveniente que quien acuda a consolarlo esté dispuesto a quedarse con el niño el tiempo necesario hasta que este se tranquilice, preguntarle qué lo asusta, mostrarle que en el cuarto no hay nada peligroso y acepte seguir descansando en su cama, a veces ayuda prender una veladora para que se sienta más seguro, aun si cuando era más pequeño no era necesario.

Incluso ponerle música o un CD con cuentos infantiles (que hasta pueden grabar juntos) puede ser de gran ayuda.

Que duerma con los papás no es conveniente por diferentes motivos:

  • En primer lugar, los bebés se mueven mucho, se van ubicando de formas distintas y no permite que los papás puedan tener un sueño reparador si a cada rato son empujados o invadidos.
  • Por otra parte el niño debe saber cual es “su lugar”, el tiene o bien su propia habitación u otro lugar en la casa donde se ha colocado su camita, sus peluches, sus adornos.
  • También es importante que el niño sepa que papá y mamá tienen su lugar, un lugar que él debe respetar, más allá que aún no entienda que se trata de un lugar íntimo.

Lo ideal es no permitir que “colarse” con los padres se transforme en un hábito, ya que es más difícil cortarlo que impedir que se cree. Aún si el niño es insistente y viene varias veces en la noche, se le debe explicar que esto no es correcto y conducirlo nuevamente a su cama.

Esto no significa que puedan haber excepciones, cuando el chico está enfermo o incluso cuando los padres se sienten demasiado cansados como para estar yendo y viniendo “esa noche”. Es común que los chiquitos que se sienten cómodos en su lugar, después de un rato con los padres, reclamen solos ser llevados “a mi cama” donde está acostumbrados a descansar.

Si sin darse cuenta cayeron en la rutina de dormir con el hijo todas las noches, la pareja tendrá que ponerse a pensar cómo y por qué llegaron a eso y darse cuenta que no es bueno para nadie.

Habrá que desandar el camino explicándole a chico que los papás no pueden dormir bien, que él ya está grandecito y ocupa mucho lugar, que él tiene su propia cama donde dormirá mejor

La única receta es acompañarlos a su cama cuando aparecen de noche, venciendo el propio cansancio.

Tendrán que tener mucha paciencia ya que el niño se sentirá privado de todo lo que encuentra en esa cama, cariño, mimos, calor y le costará entender la razón para ese cambio y el proceso puede ser lento.

La reacción del niño podrá ser de enojo, que podrá manifestar con llantos y rabietas, y los padres deberán comprender que sólo con cariño y comprensión podrán superar esta etapa.

Si esta situación se prolonga mucho tal sea conveniente consultar con un psicólogo que maneje el tema.

Por último la pareja debe evaluar si la presencia del hijo en la cama no tiene que ver con algún problema del vínculo de ellos mismos, que queda encubierto si no se quedan solos.

RESUMIENDO, es preferible poner los límites rápidamente, mantener una actitud firme, para evitar que una costumbre se transforme en un problema.

Las grasas constituyen unos de los principales nutrientes energéticos requeridos por el organismo y desempeñan un importante papel.

Las grasas se clasifican en saturadas, mono-insaturadas y poli-insaturadas. Desde el punto de vista metabólico las saturadas son utilizadas como fuente energética. Al obtenerlas de los alimentos, el cuerpo las acumula en los tejidos (adiposo) y en el organismo y se transforman en glucosa para ser utilizada por los tejidos, en la producción de energía. De la misma manera la glucosa que ingerimos en exceso se va a transformar en grasas que se acumulan en los tejidos. Este tipo de grasa no es esencial porque el organismo las sintetiza.

Las grasas poli-insaturadas tienen funciones metabólicas fundamentales y no son sintetizadas por nuestro organismo, por lo que deben ser ingeridas con la dieta. Su ausencia no es compatible con la vida. Las necesidades de este tipo de grasas son pequeñas pero se incrementan notoriamente durante el embarazo y la lactancia. Este tipo de grasas se acumula en mayor concentración en el cerebro y la retina y cumplen funciones esenciales en estos órganos.

Dos tipos de grasas son esenciales: los ácidos grasos omega-6 y los ácidos grasos omega-3. Estas son sustancias diferentes que no pueden transformarse una en otra, que tienen efectos diferentes en el organismo y que su carencia (omega-3), o su exceso (omega-6) genera trastornos a nivel de todos los tejidos.

El omega-6 se llama araquidónico (AA) y el omega-3 docosaexaenoico (DHA). Estos ácidos grasos se encuentran en las membranas celulares de todos los tejidos y en los tejidos de reserva lipídica (adiposo). Éstos deben estar en armonía o sea en una relación de equilibrio o igualitaria

La actual ausencia en la alimentación de los ácidos grasos omega-3 y el exceso de omega-6 predispone a una enorme cantidad de patologías principalmente de origen inflamatorio que, en la madre embarazada predisponen a la preclamcia pos-parto, tendencia a la alergia y asma .

En el caso de los bebés es frecuente el nacimiento prematuro y posteriormente una menor agudeza visual como indicador de menor rendimiento intelectual. También pueden aparecer trastornos respiratorios y alérgicos.

La leche de madre tiene alto contenido de estos dos ácidos grasos, varias veces más que la leche de los animales. Esto es debido a que las necesidades de los seres humanos son mucho mayores por su mayor masa cerebral. Esta propiedad es la que hace que la leche de la madre sea insustituible.

¿Por qué la alimentación contiene exceso de omega-6 y carencia de omega-3 ?

Los vegetales sintetizan los ácidos grasos poli-insaturados esenciales. Los omega-3 se concentran en las hojas verdes y algunas semillas como el lino, y su representante es el ácido alfa linolénico (C18:3n-3).

Los omega-6 se concentran principalmente en los granos como: maíz, girasol y soja, y su representante es el ácido linoleico (C18:2n-6).

Estos ácidos grasos son ingeridos desde los vegetales por los animales y transferidos al hombre a través de la alimentación. Las hojas verdes son alimento para insectos como orugas y langostas que acumulan estos aceites en su cuerpo. Estas, a su vez, son ingeridas por las aves, que son consumidas por el resto de los animales, estando el hombre al final de la cadena.

De la misma manera, los granos son consumidos por las aves y sus ácidos grasos, principalmente omega-6, son transmitidos al resto de los animales. Las membranas celulares de los animales contienen los ácidos grasos finales: araquidónico AA (omega-6) y docosaexaenoico DHA (omega-3), en una relación igualitaria.

Esto es lo que recibíamos cuando nos alimentábamos de carne y huevos de animales silvestres. Cuando el hombre confinó los animales para su consumo y los tuvo que alimentar, le administró productos con alto contenido de omega-6 como granos y aceites extraídos de éstos, dejando de lado la alimentación natural y los ácidos grasos omega-3 que venían a través de los insectos. Fue así que la relación omega-6 / omega-3 en las células de los animales de consumo y las humanas, cambió.

En los últimos años, este cambio se hizo mucho más profundo cuando incorporamos en la elaboración de nuestros alimentos los aceites de girasol: (70% omega-6 / 0% omega-3), maíz (59% omega-6 / 0% omega-3) y soja (55% omega-6 / 7% omega-3).Como resultado de este cambio nutricional todas nuestras células contienen en su membrana fosfolipídica un exceso de omega-6 araquidónico y una carencia de omega-3 DHA. Estos ácidos grasos forman parte fundamental en la célula porque disparan los mecanismos de defensa.

El exceso de omega-6 AA desencadena inflamación. Un exceso de este ácido graso dispara los procesos alérgicos e inflamatorios ante la más mínima causa e incluso sin causa aparente y este estado de continua inflamación se manifiesta en todos los tejidos:

  • Cerebro: menor rendimiento intelectual, fatiga o cansancio permanente, depresión, en los niños: síndrome de hiper-actividad y falta de atención. Piel: alergia atópica, piel áspera que descama, poco desarrollo piloso. Además de caída del pelo y uñas frágiles.
  • Aparato digestivo: gastritis casi permanente, evacuación intestinal irregular, divertículos y hemorroides.
  • Sistema circulatorio: hipertensión, inflamación de la interna arterial y obstrucción, mayor tendencia a la coagulación de la sangre y disminución en la irrigación periférica.

La lista de afecciones es enorme y esto marca la importancia de tener en cuenta estos nutrientes en la alimentación.

¿Cómo suplementar con omega-3?

Para atacar la causa debemos hacer un cambio radical en nuestra alimentación. Debemos disminuir el consumo de aceites vegetales peligrosos por su alto contenido en omega-6 como girasol, maíz y soja y sustituirlos por otros como oliva o arroz. Es importante tener en cuenta además, que los aceites vegetales han invadido casi la totalidad de nuestros alimentos como los productos de panadería, confitería, golosinas, masas, productos cárnicos, huevos, mayonesas y frituras. Los animales marinos contienen en sus lípidos seis veces más omega-3 que omega-6, lo cual los convierten en los suplementos ideales de ácidos grasos omega-3 que permiten revertir los desequilibrios.

Suplementar la dieta con lípidos omega-3 y especialmente DHA es imprescindible para reestablecer el equilibrio.

En Uruguay contamos con un suplemento ideal, en venta en farmacias “Omega-3 Vipez” que tiene un 20% de DHA, es obtenido en frío, 100% natural, ideal para un correcto desarrollo intelectual del bebé. Una madre embarazada o lactando debe tomar una cucharada sopera por día (10cc) todos los días.

Cómo tener un Embarazo Sano si tiene Diabetes El embarazo es considerado un riesgo para las 1,85 millones de mujeres en edad fértil diabéticas que hay en los Estados Unidos. Pero, las mujeres diabéticas tienen casi las mismas probabilidades que las mujeres no diabéticas de tener un bebé sano, siempre y cuando sus niveles de azúcar en la sangre se mantengan normales antes y durante el embarazo.

Las mujeres diabéticas que no han controlado su enfermedad debidamente durante las primeras semanas del embarazo tienen de dos a cuatro veces más probabilidades que las mujeres no diabéticas de tener un hijo con un defecto de nacimiento grave, tal como un defecto cardíaco o un defecto del tubo neural.

También tienen un riesgo mayor de aborto espontáneo y nacimiento sin vida, así como de tener un bebé demasiado grande (4,5 kg/10 libras o más), lo cual hace que el parto vaginal sea más difícil y pone al bebé en peligro de sufrir lesiones durante el nacimiento.Si tiene diabetes y desea tener un bebé, consulte a su médico antes de planificar la concepción y controle bien el nivel de azúcar en su sangre.

Si tiene bajo control su nivel de azúcar en la sangre alrededor del momento de la concepción, su riesgo de tener un bebé con un defecto de nacimiento es casi el mismo que el de las mujeres no diabéticas. Si toma medicamentos orales para controlar la diabetes, deberá reemplazarlos por insulina antes y durante el embarazo, ya que dichos medicamentos pueden causar defectos de nacimiento. Usted debe tomar una multivitamina.

Es posible que su médico también le aumente la dosis diaria de ácido fólico por encima de los 400 microgramos recomendados, para reducir el riesgo de defectos de nacimiento.Necesitará realizar visitas prenatales frecuentes para ajustar su dieta y su dosis de insulina a medida que avanza su embarazo y, además, deberá controlar su nivel de azúcar en la sangre varias veces al día. Para obtener más información, póngase en contacto con la Asociación Americana de la Diabetes.

Si bien es muy beneficioso, el sol puede tener su lado menos amable para la delicada y suave piel de tu bebé. ¿Sabes cómo proteger a tu tesoro? Para ayudarte, hemos enumerado 12 consejos con relación al cuidado de la piel del bebé al exponerse al sol.

Lo que deberías hacer

1. Preferir tomar el sol con tu bebé entre las 8 y 10 de la mañana para disfrutar los beneficios de los rayos solares.

2. Usar un protector solar para proteger la piel de tu bebé al salir de casa (sé generosa y usa un SPF superior a 50, en bebés mayores de 6 meses).

3. Cubrir a tu bebé con prendas ligeras. Los bebés menores de 6 meses deben permanecer en la sombra cuando estén al aire libre.

4. Aplicar el protector solar en todas las áreas desprotegidas del cuerpo, para evitar quemaduras dolorosas. Debes aplicárselo en las orejitas, en el cuello, en la superficie de los pies e incluso en la cabecita, si tu bebé no tiene mucho cabello.

5. Utilizar un pañal desechable respirable durante el verano. ¡Elígelo sabiamente! Los pañales deben ser cómodos y además deben minimizar el riesgo de alergias e irritaciones causadas por el sudor.

6. Hidratar la piel de tu bebé después de un baño de sol. Usa toallitas húmedas para una sensación agradable de limpieza y frescura. Úsalas también durante el cambio de pañal.

Lo que deberías evitar

7. Exponerlo al sol entre las 10 de la mañana y 3 de la tarde. En este periodo el sol es demasiado fuerte para tu bebé.

8. Olvidar usar protector solar cuando el tiempo está nublado. Los rayos ultravioleta penetran incluso cuando el sol no está brillando o cuando la temperatura es menos caliente.

9. Dejar a tu bebé desprotegido, sin prendas de algodón o sin un gorrito. Debe vestir ropa ligera y holgada, preferiblemente hecha con fibras naturales como el algodón, que absorbe mejor que las telas sintéticas.

10. Usar protector solar tan solo una vez al día, porque no es suficiente para proteger la piel de tu bebé. Recuerda que debes volver a aplicarlo al cabo de dos horas de exposición al sol, después de ir al agua o después de que transpire.

11. Esperar mucho entre cada cambio de pañal. Durante el verano, tu bebé transpira mucho más y también toma mucho más líquido.

12. Subestimar el poder de la luz del sol. La piel de tu pequeñito es muy sensible y puede quemarse en tan solo 10 o 15 minutos bajo el sol.

 

 

¿A qué madre o padre no le gustaría que, a la hora de acostar a los chicos, todo fuera un poco más fácil?

Una de las mejores formas de lograr que los chicos se tranquilicen y se vayan a la cama es crear una rutina regular para la hora de dormir, en la que participen mamá y papá, y que les permita entender que el acostarse a dormir es una manera alegre y reconfortante de terminar el día. Los bebés y los chicos chiquitos son ” personitas ” de costumbres y, además, disfrutan del carácter predecible de una rutina. Si todas las noches realizás las mismas actividades antes de enviar al nene a la cama, lo ayudarás a entender que está todo bien y que es hora de dormir.

LO QUE DEBES Y NO DEBES HACER A LA HORA DE DORMIR:

El sueño puede ser un tema muy delicado para toda la familia. Por lo general, a los chicos no les gusta separarse de mamá y papá al final del día. Están llenos de energía y quieren seguir divirtiéndose. Es posible que también les dé un poco de miedo permanecer solos en la oscuridad.

Al mismo tiempo, puede ser que los padres faltos de sueño añoren la idea de dormir un poco o de tan sólo tener un momento de tranquilidad para estar juntos. Por otra parte, puede ser que los padres que trabajan todo el día quieran pasar con sus hijos más tiempo del que permite la hora de acostarse. El momento de irse a la cama también es difícil para los padres.

Aquí van algunas ideas para que inventes rutinas que funcionen para la hora de enviar a tu hijo a la cama:

Debés analizar cuidadosamente la rutina. 

No todas las rutinas para la hora de acostarse pasarán la prueba del tiempo. Si algo se fija en la mente de tu hijo, lo va a esperar y…¿de verdad quieres cantarle todas las canciones de ”El Rey León” noche tras noche?

Si no eliges tu rutina con cuidado, puede que después lo lamentes.

Algunos rituales clásicos y eficaces que vale la pena considerar:

-Un baño tibio y, luego, algunos mimos después de ponerle una pijama limpia.

-Leerle uno de sus libros favoritos o escuchar música relajante.

-Su canción favorita, cantada por mamá, papá o toda la familia.

-Arroparlo bien con su muñequito, frazada o peluche favorito.

-Un masaje suave en la espalda.

Debes ser constante. 

Establece una hora relativamente fija para ir a la cama y un orden predecible de los acontecimientos. A los niños de corta edad les hará bien un aviso con, más o menos, media hora de anticipación y, luego, otro unos 10 minutos antes de la hora de dormir. Si los sorprendes anunciando que es hora de que se vayan a la cama, se resistirán, aún más, a dejar lo que están haciendo en ese momento. Además, asegúrate que la rutina se lleve a cabo en la habitación del chico o en los lugares donde duerma.

Debés restringir las actividades del chico. 

No estimules en exceso a tu hijo justo antes de que se vaya a la cama. Si se trata de un bebé, despejá la cuna, sacá el montón de juguetes de peluche y muestrale sólo su juguete favorito para que se quede tranquilo. El quitar los juguetes le indicará que es hora de que se duerma. En el caso de un chico más grande, no le permitas repozar ni ver televisión antes de acostarse a dormir.

No debes establecer una rutina demasiado complicada. 

En el caso de un bebé de 10 meses, la rutina debe durar sólo algunos minutos, mientras que con un chico que empieza a caminar o un preescolar, lo apropiado es entre 15 y 30 minutos. Más de 30 minutos casi siempre es demasiado.

No debés dejar las luces encendidas. 

Es importante que el chico aprenda a distinguir entre el día y la noche… y que entienda que la noche es para dormir. Si se despierta y está oscuro, se dará cuenta de que aún no es hora de levantarse. Si dejás encendida una luz brillante, podrías confundirlo.

No debés acostar a dormir a tu bebe con una mamadera. 

En primer lugar, es necesario indicar que, si bien es cierto que solucionar algo ayuda a tranquilizar al bebe para que se duerma, el tomar leche o jugo durante toda la noche impregna la dentadura del bebé con azúcares que provocan caries.

En segundo lugar, tomar líquidos mientras está acostado puede predisponer a la acumulación de líquido en los oídos. Por último, si tu hijo se acostumbra a quedarse dormido con una mamadera en la boca, le será más difícil dormirse si se despierta a la noche y no encuentra su mamadera o ésta está vacía.

Debés ser flexible. 

Si un chico se siente enfermo o se encuentra en un período de mucha tensión, no hay ningún problema en cambiar un poco las reglas en cuanto la hora de acostarse. Pero no elimines toda la rutina. Por ejemplo, podrías leerle dos cuentos en lugar de uno, pero no lo dejes quedarse dormido frente al televisor.

No debes empezar a darle alimentos sólidos al bebe para que duerma. 

Algunos padres están convencidos de que los bebes se despiertan varias veces durante la noche porque no quedan satisfechos con una dieta líquida. Sin embargo, la leche materna o maternizada es el alimento ideal durante los primeros seis meses de edad del bebé. En realidad, los alimentos sólidos no hacen que el bebé duerma mejor a la noche, así que no se los des antes de que tenga seis meses, salvo que te lo recomiende su médico.

Debes dedicarle toda tu atención a la hora de dormir.

La hora de dormir debe ser un momento especial para ti y tu hijo. No le restes importancia a tu hijo ocupándote de otras cosas mientras lo acuestas. Ambos se sentirán más felices si te concentras únicamente en él mientras lo mimas, lo bañas o le lees algo cada noche.

LA GRAN CALMA: SUGERENCIAS PARA QUE EL CHICO DUERMA TODA LA NOCHE, SEGÚN SU EDAD. 

Todos nosotros, desde los recién nacidos hasta los adultos, alternamos del sueño liviano al profundo durante la noche. Lo que en realidad quiere decir la persona que se jacta de que su hijo duerme toda la noche, es que cuando el nene entra en el sueño liviano, puede volver al sueño profundo sin llorar ni requerir a uno de los padres. ¿Qué podés hacer para que tu hijo alcance esa misma meta? Descubrelo en los siguientes consejos para las distintas edades.

0 a 3 meses 

Los hábitos diarios del recién nacido aún no están plenamente establecidos, de modo que, durante las primeras semanas, puedes dejar que se adormezca mientras lo amamantas o lo acunas sin grandes consecuencias. Sin embargo, entre las 8 y las 10 semanas, puede empezar a aprender a dormirse solo. Si permites que se quede dormido mientras lo alimentas, se puede establecer un vínculo entre ambos, lo cual hace más probable que llore pidiendo más alimento cuando vuelva a despertarse. Si el bebe está somnoliento mientras lo estás alimentando, acomodalo en su cuna. Permanece a su lado mientras se duerme, pero evita tomarlo en brazos o acunarlo para que se duerma.

Cuando tu bebe se despierte a la noche, debes enseñarle que no es hora de jugar sino de alimentarse. No enciendas las luces ni empieces a hablarle. Simplemente aliméntalo, cámbialo si está mojado y vuelve a dejarlo en su cama. Mientras menos interesantes sean los momentos en que el bebe se despierta durante la noche, más rápido entenderá que debe volver a dormirse.

4 a 6 meses

A los 4 meses, el bebe puede dormir entre seis y doce horas seguidas. Si no lo tomas en brazos apenas gime o empieza a llorar, es seguro que volverá a quedarse dormido solo. Si de verdad se despierta y quiere comer, tendrás que complacerlo. Ahora bien, si ya comió, lo cambiaste y sigue llorando por ti, entra a la habitación, hasle saber que estás ahí, pero no lo tomes en brazos. Dale algunas tiernas palmaditas y háblale suavemente. Deja que descubra su propia forma de volver a tranquilizarse y quedarse dormido.

7 a 12 meses 

Aun cuando tu bebe haya dormido sin problemas toda la noche anterior, es probable que vuelva a agitarse mientras duerme, debido a su nueva capacidad de pensamiento: puede que, de verdad, te extrañe si no te ve. Si lo tranquilizas un poco cuando se despierta, lo ayudarás a superar esta etapa.

Los ritmos de sueño de los bebes muchas veces se ven alterados cuando están aprendiendo a dominar una nueva habilidad. Por ejemplo, si tu bebe está aprendiendo a ponerse de pie, seguro que también practicará en su cuna durante la noche.

1 año a 18 meses

Si tu hijo todavía se despierta a la noche, la siguiente estrategia puede servirte: despertarlo antes de que él te despierte. Antes de que te vayas a dormir, por ejemplo, a las 11 p.m., despertarlo para acomodarlo e, incluso, alimentarlo. Decirle que, ahora, podrá arreglárselas solo si se despierta más tarde.

Luego, asegúrate de que, realmente, se lo permita. Consuelalo, pero no lo saques de su cuna. Es probable que no se vuelva a despertar. Por alguna razón, el hecho de despertar a un chico antes de que él se despierte suele terminar con su costumbre de despertarse a la noche.

No olvides que si tu hijo durmió contigo todos estos meses, será cada vez más difícil conseguir que vuelva a dormir en su propia cama. A esta edad, los chiquitos están empezando a tener opiniones propias y una tendencia cada vez mayor a manifestarlas.

2 años

Ésta es la edad en que muchos chicos dejan la cuna para dormir en una cama. Los chicos chiquitos, normalmente, pasan por períodos de inseguridad durante la noche y es posible que vayan constantemente al dormitorio de sus padres. Tu podrías poner un colchón o una bolsa de dormir junto a tu cama y decirle a tu hijo que puede venir cuando quiera y usar su cama especial, pero que no los despierte. O bien, puedes acompañarlo para que vuelva a su propio cuarto. Si cedes constantemente ante las súplicas del chico para que lo dejes dormir en tu cama, se acostumbrará a que esto ocurra cada noche.

Les da seguridad, satisfacción, placer, les quita la ansiedad… A algunos les encanta, a otros no tanto, otros definitivamente lo rechazan.

La opinión de muchos obstetras, pediatras y psicólogos es que lo necesitan y que succionar es beneficioso siempre que no cree una dependencia pasados los dos años de edad. Es común ver en una ecografía al bebé chupándose el pulgar. Ese reflejo de succión es un entrenamiento para luego, fuera del útero, poder alimentarse.

DAR DE MAMAR Y UTILIZAR CHUPETE

No son prácticas contradictorias. No es real que el bebé que chupa chupete, deja de mamar. Es más, el chupete no sólo favorece la succión, sino que además ayuda a eliminar tensiones. Pero…….para ofrecer el famoso chupete al bebé, habría que esperar a que la lactancia esté bien establecida. Es decir, no dárselo hasta que aprenda a prenderse al pecho y succionar correctamente.

¿¿POR QUÉ NECESITAN EL CHUPETE???

Es un sedante natural para aquel niño que está angustiado, ansioso o temeroso. No debemos esperar a que esté llorando en forma rabiosa para ofrecerlo, porque entonces no cumplirá su función de tranquilizarlo.

Si no es el chupete, él se procurara cualquier objeto que esté a su alcance para chupar (trapito, sabanita, dedo, teta….)

Muchos odontólogos están de acuerdo en que chupar chupete favorece el desarrollo de los músculos masticadores y también prepara las encías para la erupción dental. El reflejo de succión desaparece cuando comienza la masticación. Por eso, cuando el niño inicie su alimentación complementaria, ya no lo necesitará, siendo éste un buen momento para retirarlo definitivamente.

Si no se hace de esta manera, entonces tendremos en acción la parte negativa del chupete: deformación del paladar, alteración de la erupción dental, pudiendo hasta llegar a defectos en la mordida. Otro aspecto negativo del chupete es cuando lo mojan en miel o azúcar, lo que además de favorecer la aparición de caries, quita el apetito.

El Dr. Paulino Castells, en su Guía práctica de la salud y psicología del niño, nos dice que: “succionar constituye una actividad gratificante para el niño y le reporta un placer, por lo tanto si se desea suprimir este placer, debe reemplazarse por otro, por ejemplo, ofrecerle otras actividades que le diviertan y gratifiquen, premiándole y reforzándole la no-succión”.

Es frecuente escuchar sobre bebés que comen poco, otros que vomitan mucho, otros estreñidos o con diarrea y muchas veces los papás se preocupan pensando que el problema de su hijo es único.

Como los problemas alimentarios durante el primer año de vida son algo relativamente común, quisimos exponer aquí cuáles son y qué medidas se deben tomar en cada caso. – Hipoalimentación – Hiperalimentación – Regurgitación – Deposiciones diarreicas o flojas – Estreñimiento – Cólicos – Desnutrición – Marasmo – Malnutrición proteica – Obesidad.

HIPOALIMENTACION

La Hipoalimentación es la alimentación escasa en relación con las necesidades energéticas y bioplásticas del niño, que se manifiesta por inquietud y llanto y porque el niño no gana el peso adecuado. En estos casos hay que investigar la frecuencia de las tomas, la técnica de la lactancia, el tamaño de los agujeros de la tetina, así como la posibilidad de una enfermedad general en el niño. Un aumento de peso inferior a 175 – 250 gramos por semana en lactantes menores de 4 meses es inadecuado. El grado de hipoalimentación y su duración determinan las manifestaciones clínicas. Los síntomas más corrientes son estreñimiento, insomnio, irritabilidad y llanto excesivo. El tratamiento consiste en aumentar el aporte líquido y calórico, corregir cualquier déficit en la ingestión vitamínica y mineral e instruir a la madre en la técnica de alimentar al niño.

HIPERALIMENTACION

La Hiperalimentación, por el contrario, es el exceso de nutrición tanto en cantidad como en calidad. Entre los signos de sobrealimentación se incluyen el llanto y la regurgitación excesiva. En general hay un aumento de peso excesivo y pueden presentarse también molestias abdominales y flatulencia. La hiperalimentación en la primera o dos primeras semanas de vida, tiende especialmente a provocar deposiciones líquidas o diarreicas. Es frecuente que el niño sobrealimentado sea un niño obeso que se transformará en un adulto obeso.

REGURGITACION

La expulsión de pequeñas cantidades de alimento durante su ingestión o poco después, se denomina regurgitación. El vaciamiento más completo del estómago se denomina vómito y es más frecuente algún tiempo después de tomar el alimento. La regurgitación puede considerarse como un fenómeno natural sobre todo durante el primer semestre de la vida. Puede reducirse al mínimo usando tetinas anti-hipo o tetinas más duras y con agujeros más pequeños y haciendo eructar al lactante más a menudo.

DEPOSICIONES DIARREICAS O FLOJAS

Los lactantes alimentados a pecho normalmente presentan heces blandas. Las heces de transición aparecen entre el 4º y 6º día de vida, son algo flojas y amarillo-verdosas, pueden contener moco y pueden ser consideradas incorrectamente como heces diarreicas. Las heces flojas pueden ser provocadas por ingesta excesiva de leche humana o por laxantes u otros medicamentos que la madre haya tomado. Las heces de los lactantes alimentados con fórmulas adaptadas, habitualmente son más firmes. La sobrealimentación, una fórmula demasiado concentrada, la ingesta excesiva de lactosa o la contaminación de la fórmula pueden provocar la aparición de heces diarreicas.

ESTREÑIMIENTO

La frecuencia de las deposiciones del lactante varía tanto que es difícil definir la constipación. Un lactante que normalmente defeca cuatro veces al día, en ocasiones puede hacerlo una vez cada dos días. No se da prácticamente en lactantes alimentados a pecho que reciben una cantidad suficiente de leche y es raro en los alimentados con leche adaptadas y cuya dieta es la adecuada. El estreñimiento en el lactante alimentado con leche adaptada puede ser debido a un aporte insuficiente de alimento o de líquido. En otros casos obedece a una dieta excesivamente rica en grasa o proteínas o de volumen deficiente. El método más eficaz para combatir el estreñimiento es una alimentación rica en frutas y verduras. Si el niño no ha comenzado por su edad a tomarlas será suficiente una cucharadita de jugo de naranja o de tomate antes de las tomas, o hacer jugo de ciruelas y dárselo en la mamadera. (preferentemente de orejones de ciruelas) En el lactante mayor de seis meses se pueden emplear papillas de cereales integrales o de avena. No se deben administrar laxantes sin recomendación del pediatra. Los enemas y supositorios de glicerina nunca deben constituir más que medidas transitorias.

COLICOS

El término cólico se ha usado para describir un frecuente síntoma complejo de dolor abdominal al parecer de origen intestinal, acompañado de intenso llanto. En general se produce en lactantes menores de tres meses. El trastorno suele iniciarse de repente y su cuadro clínico es muy característico: llanto intenso más o menos continuo, rostro congestionado, abdomen distendido y tenso, piernas encogidas contra el abdomen, manos y pies fríos y generalmente puños cerrados. El ataque no suele terminar hasta que el niño queda agotado por completo (puede durar entre 20 minutos y 3 horas), pero es frecuente la mejoría al evacuar heces o gases. Los cólicos se presentan a diario preferentemente por la tarde o por la noche, aunque pueden aparecer en cualquier otro momento, generalmente después de la toma de alimento. Puede ser útil sostener al niño erguido o colocado boca abajo en el regazo de la madre. Se debe tranquilizar a los padres asegurándoles que el lactante que presenta cólicos es básicamente sano, que esta conducta cesará en unas cuantas semanas y que un exceso de llanto no es perjudicial.

DESNUTRICION

Es el estado patológico consecuencia de una alimentación inadecuada o de una deficitaria absorción de los alimentos, que ocasiona un aporte insuficiente de calorías respecto a las necesidades del niño, durante un tiempo prolongado. También puede ser debida a procesos infecciosos, trastornos metabólicos o problemas afectivos. La desnutrición puede ser aguda o crónica, reversible o irreversible. Clínicamente, se manifiesta por adelgazamiento, astenia, lesiones cutáneas, alteraciones de las principales funciones orgánicas, etc. Asimismo, el crecimiento se detiene y aparecen signos de carencias vitamínicas, anemia y menor resistencia a las infecciones. Los trastornos graves son muy patentes, pero los muy ligeros pueden pasar inadvertidos. El diagnóstico se basa en una adecuada historia dietética y en la valoración de las desviaciones de talla y peso medios y del crecimiento de ciertos órganos. Los trastornos nutritivos agudos son los que afectan al agua y a los electrolitos, en especial a los iones sodio, potasio, cloro e hidrógeno.

MARASMO

Es un estado de grave decaimiento somático y funcional del organismo. El cuadro clínico, debido a un inadecuado aporte tanto calórico como proteico consecuencia de una desnutrición, consiste en pérdida de peso y de turgencia de la piel y tejido subcutáneo. La cara puede conservar un aspecto relativamente normal durante algún tiempo, el abdomen puede estar distendido o hundido, los músculos se atrofian y puede haber edema. La temperatura suele estar por debajo de lo normal, el pulso puede ser lento y el metabolismo basal tiende a descender. El niño suele presentar constipación, pero también puede aparecer diarrea de ayuno, con deposiciones frecuentes y pequeñas que contienen moco. En una fase avanzada es frecuente la diarrea manifiesta. Al principio el niño puede mostrarse malhumorado, pero más tarde, se vuelve indiferente y el apetito disminuye. El tratamiento se basa en restituir y mantener el equilibrio hidroelectrolítico y una dieta con el aporte calórico y proteico adecuados.

MALNUTRICION PROTEICA (KWASHIORKOR)

Se aplica el término kwashiorkor al síndrome clínico resultante de una grave deficiencia proteica, con un ingreso calórico adecuado o ligeramente escaso. Esta malnutrición proteica puede ser consecuencia de la carencia en cantidad o calidad de alimentos proteicos, de la mala absorción de las proteínas (por ej. en procesos diarreicos), de un exceso de pérdida de proteínas ( nefrosis, infecciones, hemorragia, quemaduras, etc. ) o de una síntesis proteica insuficiente, como sucede en la hepatopatía crónica. Se caracteriza por edema generalizado, dermatosis escamosa, debilitamiento y pérdida del color del cabello, hígado graso aumentado de tamaño, apatía y retraso del crecimiento. Se da un aumento de la susceptibilidad a las infecciones por disminución de las defensas. La prevención requiere una dieta que contenga una adecuada cantidad de proteínas de alta calidad biológica. (Leche, carne, huevos) En cuanto al tratamiento, es fundamental restituir y mantener el equilibrio hidroelectrolítico. No se aconseja administrar dietas con elevado contenido proteico y calórico de forma rápida y precoz, ya que el hígado puede hipertrofiarse. Por otra parte, los hidrolizados de proteínas, si se administran solos, pueden originar hipoglucemia. También se debe de tener en cuenta que las grasas vegetales se absorben mejor que las de vaca y que la lactosa se debe administrar de un modo limitado en las fases precoces del tratamiento. Desde un principio es aconsejable el empleo de suplementos vitamínicos y de ácido fólico o hierro para corregir la anemia.

OBESIDAD

Hablamos de obesidad cuando hay un exceso de peso superior en un 20% o más del que corresponde al peso teórico de acuerdo con la edad y la altura del niño. Cuando el exceso de peso supera de un 10% a un 20% al peso teórico, hablamos de sobrepeso. En la mayoría de los casos es el resultado del consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño aunque, en ocasiones, es debida a enfermedades genéticas o endocrinas. Otros factores condicionantes son la falta de ejercicio físico, trastornos psicoafectivos, la introducción precoz e innecesaria de alimentos sólidos de alta densidad calórica, la manera de cocinar y la actitud frente a la ingestión de alimentos.

La asociación del concepto de niño obeso con niño sano es muy frecuente en nuestro medio. Una vez instaurada la obesidad, se producen una serie de cambios en la fisiología del niño que contribuyen a su mantenimiento. Además si se manifiesta tempranamente, sus posibilidades de persistir son más elevadas. Así, se calcula que el 90% de los niños obesos serán adultos obesos. El niño obeso no sólo tiene más peso, sino que también es más alto y presenta una edad ósea más avanzada. Las facciones son a menudo desproporcionadamente finas, con la nariz y la boca pequeñas y es frecuente que tenga papada. La adiposidad en la región mamaria alcanza frecuentemente un grado tan notable que simula la ginecomastia. Son frecuentes los trastornos psicológicos pero no siempre existen. Las posibles complicaciones de la obesidad son: caderas dislocadas, diabetes, dificultades respiratorias, síndrome de Pickcwick (apnea obstructiva durante el sueño) y muerte prematura. El mejor tratamiento es la prevención con dietas que satisfagan todas las necesidades nutritivas básicas. Cuando la obesidad ya está instaurada, es necesaria una disminución del aporte calórico. Para ello es necesario cambiar los hábitos nutricionales de la familia. Además el soporte psicoafectivo y el ejercicio físico son otros pilares fundamentales. Nunca deben utilizarse fármacos en el tratamiento de la obesidad infantil. Sí suele ser necesaria la suplementación de la dieta con preparados vitamínicos. No se intentará un descenso demasiado rápido de peso, y es necesaria la constante vigilancia médica. En la mayoría de los casos se busca que el niño siga creciendo en altura y mantenga el peso que posee.

Probablemente uno de los días más emocionantes en la vida de cualquier mujer es el día del nacimiento de sus hijos.

Ninguna de las dos cosas es mejor o peor, simplemente depende de lo que el bebé mande. De todos modos, habitualmente al referirnos a este día, mencionamos el parto y el trabajo de parto, pero no todo lo que sucede después. Por eso esta vez queremos dedicar unas líneas a ese momento único e irrepetible. Más allá que todos los momentos previos hayan sido difíciles, agotadores, cansadores y dolorosos, después que veas a tu bebé, todas esas sensaciones desaparecerán por arte de magia. Aunque siempre hayas tenido miedo de levantar a un bebé muy pequeñito, y aunque te parezca muy frágil, vas a querer tenerlo entre tus brazos, protegerlo y darle tu amor.

Probablemente te aconsejen ponerlo enseguida en el pecho, y por el instinto de succión, enseguida empezará a mamar, aunque todavía no tendrás leche sino calostro. Entre el primer y el segundo día, el bebé expulsará el meconio, pero no te preocupes, las siguientes deposiciones, no serán así de negras y oscuras. Los bebés muy pequeños duermen muchas horas, por lo que gran parte de ese primer día, el bebé pasará durmiendo. Te aconsejarán que lo despiertes si no lo hace sólo, después de tres o cuatro horas. Aunque tenga las extremidades frías, no es necesario abrigarlo en exceso si nace en verano. Hay familias o parejas que prefieren vivir este momento a solas, y otras rodeadas de amigos. Cualquiera sea tu postura, haz que te respeten y vive este momento único e irrepetible con él. Si el bebé tiene hermanitos también es bueno que éstos tengan un tiempo para conocer al bebé, antes que se llene de visitas. Puedes lavarle el pelo y el cuerpito con un jabón suave y agua tibia. Finalmente, disfruta sólo observándolo. Ese primer día será inolvidable.

Probablemente no sepas que estás embarazada hasta que reconozcas un atraso en el período menstrual. Pero si no eres regular en tu ciclo o no llevas una agenda de cuándo esperas tu próximo período es probable que te sea difícil darte cuenta hasta pasadas algunas semanas. Pero muchas mujeres sienten otros y diferentes señales que indican la probabilidad de la existencia del embarazo. Estos son:

  1. Retraso de la menstruación. Cuando eres una mujer que mantiene un ciclo menstrual regular, ante un atraso es probable que estés embarazada. Pero aquellas que no son regulares, es probable que se den cuenta de que están embarazadas por la aparición de otros síntomas como la hinchazón de los pechos, mayor ganas de orinar o náuseas.
  2. Antipatía a ciertos alimentos. Los olores fuertes o aromas diferentes te pueden provocar náuseas. El café que tomabas en el trabajo o el sándwich de jamón que comías en el almuerzo ya no son de tu agrado. Tu comida favorita te puede generar repulsión y no entiendes cuál es la causa. Esto se explica como un efecto colateral provocado por el aumento rápido y masivo de los estrógenos en tu organismo.
  3. Náuseas. Sin importar la hora del día, las náuseas y vómitos típicos del embarazo aparecen alrededor del primer mes de concepción, aunque algunas mujeres tienen este síntoma un poco antes. Es otro síntoma que aparece en el primer trimestre y luego desaparece.
  4. Temperatura basal elevada. Si controlas tu temperatura basal con regularidad podrás notar que la misma se eleva. Si lo hace por 18 días seguidos es probable que estés embarazada.
  5. Cansancio. La fatiga aparece al comienzo del embarazo pero todavía no se conocen las razones ni el por qué. Una de las razones vuelve a señalar a las hormonas como las causantes del cansancio: el aumento de progesterona. Si bien este síntoma desaparece en el segundo trimestre, reaparece en el último ya que estás cargando con más peso y comienzan a aparecer incomodidades por las noches que impedirán dormir plácidamente.
  6. Cambios de humor. Las hormonas son unas sustancias que se encargan de controlar muchas cosas del cuerpo, entre ellas, el humor. Los cambios en las cantidades de estas mismas afectan el nivel de neurotransmisores. Cada persona reacciona de diferente manera, algunas de las futuras mamás sienten emociones exageradas: de las buenas y de las malas.
  7. Ganas de orinar con mayor frecuencia. El embarazo aumenta la cantidad de sangre y otros líquidos que circulan por el cuerpo. Por consiguiente, los riñones comienzan a trabajar en mayor grado ya que deben procesar líquido adicional lo que genera la presencia de más fluidos acumulados en la vejiga. El síntoma puede agravarse a medida de que tu bebé vaya creciendo y desarrollándose ya que al aumentar su tamaño comienza a ganarle espacio, entre otras cosas, a tu vejiga.
  8. Sensibilidad e hinchazón en los senos. Más hormonas provocan este síntoma. Igualmente, tu cuerpo se acostumbrará a estos cambios hormonales y este síntoma desaparecerá en el primer trimestre.
  9. Hinchazón abdominal. Las hormonas nuevamente pueden hacerte sentir hinchada. La ropa te queda ajustada aunque sea el comienzo del embarazo y el útero se encuentre muy pequeño.
  10. Resultado positivo de la prueba de embarazo. Las pruebas tienden a detectar los embarazos luego de una semana del retraso menstrual. Espera hasta ese momento para hacértelo o repite la prueba si te lo has realizado antes de esa fecha y el resultado es negativo.

Si estás buscando el embarazo, deberás tener presente que el bebé comienza a desarrollarse antes de que lo sepas. Por eso es importante que tengas un mayor cuidado por tu salud. Si sospechas que estás embarazada también cuídate, es preferible prevenir y hacer de ti un hogar más reconfortarle para tu bebé.

¡Muchas felicidades para esta nueva etapa que comienzas!

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