Resfriado común

El resfriado es probablemente la enfermedad que aquejará a tu hijo con más frecuencia. En promedio, los niños de menos de siete años se resfrían entre siete y diez veces al año, y los resfríos suelen durar entre una y dos semanas. Por lo general, no es necesario llevar a los niños de más de seis meses al médico por un resfriado, excepto que tengan dolor de oído o de garganta, o fiebre de más de 39 °C durante más de uno o dos días.

Otro dato de sabiduría popular: no existe cura para el resfriado común. Los estudios sobre el tema han demostrado que los descongestivos y medicamentos contra la tos no son demasiado efectivos para reducir los síntomas o la duración del resfriado. No hacen falta antibióticos si se trata de un resfriado común y corriente; por el contrario, pueden dejar al niño expuesto a infecciones bacterianas resistentes en el futuro. La solución: tomar mucho líquido y descansar.

Fiebre

La fiebre puede acompañar resfríos u otras enfermedades virales o bacterianas. En general, se puede esperar un día o dos para ver si aparecen otros síntomas antes de consultar a un médico para tu niño. La fiebre de menos de 38 °C no suele necesitar tratamiento, a menos que el niño tenga antecedentes de convulsiones con fiebre. Si come y duerme razonablemente bien, y tiene aunque sea un poco de ganas de jugar, puedes permanecer atenta y esperar.

Diarrea

Bastante común en niños pequeños, la diarrea tiene la mayoría de las veces origen viral. Cuando es grave y prolongada, puede producir deshidratación, un trastorno peligroso pero que se puede prevenir. Si tu hijo tiene evacuaciones líquidas cada una o dos horas durante más de ocho horas, debes consultar a tu médico. Si hay menos de seis episodios de diarrea por día, y tu hijo toma abundante líquido y tiene aunque sea un poco de ganas de jugar, puedes esperar un día o dos para ver si se mejora antes de llamar al médico. Continúa ofreciéndole su dieta habitual en la medida en que la tolere, pero evita darle alimentos fritos o ricos en fibra, como frijoles o brócoli.

Ponte en acción

Si tu hijo tiene menos de seis años y orina menos de cuatro veces en 24 horas, tiene los labios secos y agrietados, produce menos lágrimas cuando llora y está significativamente decaído, es porque está deshidratado. Si tiene heces acuosas con sangre o pus, o si la diarrea está acompañada por una fiebre de más de 39°C, comunícate con tu médico.

Cómo ayudar

Los niños de más de tres años de edad a menudo se avergüenzan de tener diarrea, en especial si les ocurren “accidentes”. Asegúrale a tu hijo que eso les pasa a muchos niños, y nunca lo regañes por uno de esos “accidentes”. Si se le irritan las nalgas, limpialo bien y después aplica una capa delgada de vaselina o un ungüento con óxido de zinc. Tomar sorbitos de líquido a temperatura ambiente con una pajilla o bombilla puede ayudar a prevenir la deshidratación sin disparar una nueva evacuación.

Medidas de prevención

Qué lindo sería poder prevenir todas las enfermedades. Aunque eso es imposible, se puede reducir la cantidad de veces que se contraen muchas enfermedades comunes. Lavarse bien las manos es la mejor manera. Recuérdale a tu hijo que se lave las manos antes de comer, después de ir al baño y después de sonarse la nariz. Otras medidas que se pueden tomar incluyen establecer una rutina fija de sueño para tu hijo, ofrecerle alimentos saludables y variados, y asegurarte de que haga mucha actividad física.

El lado positivo

El lado positivo es que las enfermedades leves de la infancia ayudan a fortalecer el sistema inmunológico que cuidará de tu hijo durante toda su vida. Además, las enfermedades leves le ofrecen a tu hijo la oportunidad de aprender sobre su cuerpo, sobre los gérmenes, y sobre cómo es el proceso de sanación. Probablemente esté muy interesado en cuestiones como por qué le moquea la nariz y por qué la caca sale tan seguido. Puedes ayudarlo a hacerse una idea de cómo funciona el cuerpo y cómo se cura, a darse cuenta de que hoy se siente mejor que ayer, y a reflexionar sobre cómo otras personas que estuvieron enfermas antes ahora están perfectamente bien. Esto lo ayudará a adquirir una mayor percepción de sí mismo y a comprender que la enfermedad es una parte llevadera de la vida. Colaborar con tu niño de esta manera lo ayuda a aprender y a crecer.

No olvides los abrazos.

Las enfermedades le abren las puertas a tu hijo a rituales familiares especiales, como por ejemplo más almohadas, paños fríos para la frente afiebrada, deliciosa sopa de pollo, y masajes especiales en la espalda hechos por mamá o papá. A los padres también les gusta esa parte, ya que son libres de consentir a su bebé. Disfruta de la oportunidad de acurrucarte con tu hijo. ¡Las cosas volverán a la normalidad pronto!

La planificación de unas vacaciones en familia supone algunos retos interesantes. Con cuatro años de edad, tu niño podría estar encantado con pasar tres días explorando las maravillas del Mundo de los Ositos en un parque de atracciones, mientras que a ti te daría migraña en tan solo un par de horas. Puedes coquetear con la idea de pasar el día en un museo de arte; tu hijo aguantaría una hora antes de aburrirse terriblemente.

A continuación, encontrarás algunas ideas para tus vacaciones en familia que pueden hacer que el viaje sea más agradable para ambas generaciones:

  • Divide el día. Recuerda que, a menudo, los niños se entusiasman más con placeres sencillos y en familia. Quizá puedas pasar dos horas jugando al golf en miniatura, si eso es algo que a tu hijo le gusta, aun cuando tienes un campo similar cerca de donde viven y no es la novedad de las vacaciones. Haz cosas sencillas como construir un pequeño castillo de arena con un cubo y una pala de plástico. No te centres en idear aventuras.
  • Si decides hacer excursiones en tus vacaciones en familia, deben ser breves. Un crucero de dos horas en un puerto será mucho más interesante para un niño pequeño que un recorrido en autobús durante todo el día.
  • Guarda presupuesto para pasar tiempo a solas con tu pareja. Solicita en tu hotel los servicios de una niñera para una o dos noches, a fin de poder disfrutar un tiempo a solas con tu pareja. No creas que es necesario hacer algo exótico o dramático; a veces lo que realmente se necesita es un par de horas de silencio.
  • Relájate con los horarios porque los niños pequeños tienen sus propios horarios. Si tu hijo está de mal humor por la tarde, estará dispuesto a arruinar lo que tenías planeado, así que es mejor que el niño duerma una siesta (y quizá tú también).
  • Viaja cuando los niños estén cansados. Esto varía de un niño a otro. Algunos niños pequeños pueden caer rendidos en un auto o en un avión a las 6 a.m. y dormir hasta las 9 a.m. Otros se despiertan al instante. Puedes descubrir que el mejor momento para conducir es en la tarde, durante una siesta de tu hijo, ¡no tuya!
  • Trata de permanecer en un solo lugar durante todas las vacaciones. Esto reduce la cantidad de cosas nuevas a las que tu hijo tiene que adaptarse y, por lo tanto, también reduce el nivel de estrés que tú puedes sentir.
  • Cuenta con bastante tiempo extra en los aeropuertos. Actualmente, viajar en avión puede hacer que unas vacaciones en familia sean muy estresantes, especialmente para los más pequeños. La frustración que produce perder un vuelo de conexión aumenta de manera potencial con cada niño que está contigo.
  • Controla tus propias emociones y tu actitud. Nuestros hijos reflejan nuestros sentimientos en sus propias emociones. Si nos enojamos, se enojan. Si nos relajamos ante un problema, es más probable que manejen las cosas de la misma manera.

Trata de seguir estos consejos sin hacer mucho hincapié en crear una experiencia perfecta para todos. Algunos días serán mejores para ti y otros mejores para tu hijo.

Tu bebé es todavía pequeño pero ya comienza a ser un poquito más independiente cada día. La introducción de alimentos sólidos a su dieta, aprender a quedarse dormido sólito, la aparición de los primeros dientes o la introducción de nuevos movimientos psicomotrices nos avisan que de los 6 a los 9 meses será un periodo de muchos cambios.

El periodo de los 6 a los 9 meses del bebé es uno de los más importantes para su desarrollo ya que está lleno de cambios para el pequeño. Será cuando sus primeros dientes aparezcan, comience a cambiar su alimentación incorporando nuevos alimentos a su dieta, comenzará a prestar más atención a todo lo que le rodea y por tanto distraerse más y es hora de establecer hábitos de sueño saludables para que también aprenda a descansar.

Sus primeros dientes

Normalmente la salida de los dientes varía en función del bebé. Pueden comenzar a salir entre los 4 y lo 7 meses, aunque también puede darse casos de dentición tardía (la precoz se considera a los 3 meses) en los que no aparezcan hasta pasado el año. Esto siempre depende de cada niño y sobre todo, de su alimentación. En primer lugar suelen salir los dientes de delante de la mandíbula inferior, después los dos de la parte superior, los de los lados y por último los de detrás.

Durante esta época debemos ser muy pacientes con ellos. El dolor que supone la salida de los primeros dientes de leche es muy molesto y es el momento de introducir los mordedores para aliviarles. Los alimentos fríos también pueden ayudarle a mejorar: como las papillas de frutas o yogures. Notarás que babean más, encías inflamadas, su carácter puede ser más irritable que de costumbre… Aunque muchas mamás asocian una posible relación entre la dentición y la subida de fiebre o diarreas, la verdad es que los expertos aseguran que pueden tratarse de simples coincidencias. En todo caso, si ves a tu niño más incómodo de lo normal, que comienza a comer peor, dormir mal… te recomendamos que visites a su pediatra para que lo valore.

El paso a la alimentación sólida

Otro de los grandes cambios para los bebes durante este trimestre es el paso de la leche materna a la alimentación sólida. Es el momento de ir introduciendo las papillas de frutas (plátano, melocotón, pera o manzana), verduritas (calabaza, calabacín y zanahorias) en caldos, las carnes blancas… Con los caldos vegetales estaremos dando muy pocas calorías al pequeño y en cambio, le aportaremos una gran cantidad de sales minerales, vitaminas y fibra. Concretamente las zanahorias y las papas son dos de las primeras piezas con las que podremos ir probando su aceptación ya que son no alergizantes.

También podrán comenzar a probar sabores un poco más fuertes como son el de la carne de pollo o la ternera. Pero al principio debemos introducirla de forma homogénea en su comida, es decir, lo mejor es triturarla y añadirla a su puré. A partir del sexto mes podemos enriquecer el puré con algunos cereales que aumentarán el aporte energético.

Sin embargo, con la leche debes de seguir teniendo mucho cuidado ya que debe ser bien materna, o bien especial para bebés, ya que la normal tiene proteínas que ellos todavía no pueden digerir. Las papillas de cereales se convierten en imprescindibles de los 6 a los 8 meses, junto con su leche habitual. Y a partir de los 8 meses ya puedes darle pasta cocida, pan, yema de huevo duro, queso suave pasteurizado, yogur y legumbres de piel fina como las lentejas (pasadas por el pasa purés asegurándonos que no queda ninguna piel).

Es el momento para que el pequeño comience a experimentar con sus propias manos y es probable que comience a coger la comida y llevársela él sólito a la boca. Para ir enseñando también buenos hábitos alimenticios es fundamental que él tenga sus propios cubiertos y plato (los hay de materiales seguros) para que empiece a ser más independiente a la hora de comer. Por supuesto, ¡sin dejar de vigilarle ni un minuto!

Importante: al introducir un alimento nuevo en su dieta debes esperar hasta 3 días para darle otro nuevo. Todos lo que vayas introduciendo tiene que ser de poquito en poquito; una cucharadita para su primera toma de contacto con un alimento es suficiente.

El desarrollo del bebé

Verás que tu bebé está mucho más despierto. Comienza a dar palmas, a mirar y darse cuenta de todo lo que pasa a su alrededor, ya es capaz de coger objetos. Ya puedes alimentarle con cuchara, algo que también te servirá como un juego que divertirá al niño. Descubrirá también que puede producir sonidos, bien haciendo palmas o bien chocando objetos… Deberás jugar con él y ayudarle para que también vaya cogiendo confianza en sí mismo y desarrollando su coordinación. Le encantará que le cantes y jugar con música.

Como crear hábitos de sueño saludables

Es muy importante que el bebé descanse ya que esto es crucial para su buen desarrollo, tanto psíquico como físico. Podrá dormir hasta unas 15 horas durante el día y por la noche sus sueños serán más duraderos que antes. A partir de los 6 meses tu hijo será consciente de su rutina para dormir. Un baño, un masajito relajante, un cuento… cualquier cosa que hagas será importante porque él la identificará como una actividad a realizar antes de ir a dormir.

Asimismo, es hora de fijar unos horarios y cumplirlos día tras día, de esta forma tu bebé irá acostumbrando su sueño a una misma hora que será la que finalmente su cuerpecito detecte como momento para ir a dormir.

También es hora de que tu bebé vaya dependiendo menos de ti a la hora de quedarse dormido. Debes asegurarte de que se queda dormido él sólito y si llora por la noche, no vayas inmediatamente a atenderle. Espera durante unos minutos para ver si realmente le pasa algo con lo que se pueda sentir incómodo.

La llegada de un nuevo bebé al hogar puede ser la primera vez de muchas situaciones: puede ser la primera vez que tienes un niño o una niña, y también es la primera vez que tu niño más grande es un hermano o hermana mayor.

Cómo preparar a los hermanos para la llegada de un nuevo bebé:

  • Cuando estás embarazada, debes hablarles sobre la llegada del bebé y lograr que se entusiasmen con la idea de ser un hermano o hermana mayor.
  • Luego del nacimiento, haz que participen en los cuidados del bebé. Pídeles que te alcancen un pañal o que te ayuden a escoger las prendas que lucirá el bebé ese día.
  • Cuando recibas visitas, permite que tu niño mayor sea quien presenta a su nuevo hermanito o hermanita bebé.
  • Si el bebé recibe muchos regalos, será de ayuda que el niño también reciba algunos regalos, quizás de los que recibe el bebé.
  • La seguridad está primero. Es importante destacar que los niños menores de 5 años no deben quedarse solos al cuidado del bebé.

Los hermanos mayores serán eventualmente una buena fuente dediversión para los más pequeños, pero las relaciones de buenos hermanos no se generan de un día para otro. No es inusual que el hermano o hermana mayor sienta celos del nuevo bebé, e incluso revierta su comportamiento al de un bebé para llamar la atención.

Que el hermano mayor se adapte a su nuevo rol puede ser un desafío. Deben aprender a compartir todo: su espacio, sus juguetes y, en especial, a ti. A continuación te brindamos algunos consejos para lograr que tu hijo mayor se relacione con su hermano menor:

  • Asígnale nuevas tareas de cuidados del recién nacido. Los bebés recién nacidos requieren mucha atención, de modo que al permitir que se involucren te permitirá pasar tiempo con tus niños y dejar que se conozcan.
  • Invita a tu hijo a que haga preguntas. Es probable que tu niño tenga curiosidad respecto a lo que sucede. Utiliza esta oportunidad para enseñarle qué esperar de modo que comprenda que los bebés recién nacidos necesitan dormir muchas horas, y deben aprender a interactuar con el resto, de modo que debe tener paciencia.
  • Haz que el hecho de compartir y otras actividades se conviertan en un juego.
  • Guarda un momento de calidad para ti y tu hijo mayor todos los días. Esto hará que tu hijo mayor se sienta seguro de que lo amas de la misma forma, y que valoras el tiempo que pasan juntos.

Si tu bebé recién comienza a caminar, probablemente no esté listo para las escaleras. Ve un poco más despacio y toma algunas precauciones.

  1. Instala puertas. Aunque esté mejorando al caminar, aún no estará listo para subir escaleras por un tiempo. Puede que presione por su independencia, pero comunícale a tu bebé que si quiere usar las escaleras, necesitará tu ayuda para abrir la puerta y subir o bajar de tu mano.
  2. Trepar primero, deslizarse después. Bajar la escalera es más difícil que subirlas. Sería bueno que le enseñaras a tu bebé cómo deslizarse de panza para bajar la escalera, con los pies primero. Este es el método más seguro por ahora, y también lo puedes abordar como un juego.
  3. Sujetarse fuerte. Cuando tu bebé está lo suficientemente preparado para subir y bajar escaleras sin ayuda, enséñale que siempre se sujete de la baranda de modo que esté seguro.

Las cosas avanzan realmente rápido a partir de ahora, así que quédate cerca para supervisar el progreso de tu bebé al subir, y más adelante, al bajar la escalera.

Los bebés y los niños pequeños son criaturas de hábito, por lo que gozan de la previsibilidad de un ritual. Al realizar las mismas tareas simples antes de acostarse a dormir cada noche es una señal de que todo está bajo control, y que ya es hora de ir a dormir.

 

Estas son nuestros principales consejos para una rutina fácil a la hora de acostarse a dormir.

–       La consistencia es todo. Una vez que comiences una rutina a la hora de dormir y adquieras regularidad, ellos esperarán este momento. Intenta limitarlo a 30 minutos o menos para que sea manejable para todos los involucrados.

–       Mantén la simpleza. Haz que tu rutina a la hora de dormir sea tan básica que se pueda seguir incluso cuando estés fuera de casa. Puedes incluir un baño caliente, un cuento antes de dormir, taparlo bien y un beso de buenas noches.

–       Recordatorios a la hora de dormir Puede ser beneficioso para los niños pequeños que les des un par de recordatorios de que se acerca la hora de dormir; si lo mencionas repentinamente solo lograrás que ellos sean más reacios a renunciar al juego.

–       Apaga las luces. Esto ayuda al niño a distinguir la diferencia entre el día y la noche. Si se despierta y está oscuro, entonces aún es ‘de noche’.

–       Sé flexible. Si tu niño está enfermo y desea que le cuentes una historia más, puedes desviarte un poco de las reglas, pero asegúrate de no entorpecer la rutina por completo. La hora de acostarse es un momento especial para ti y tu bebé, así que debes disfrutar de esa relación y tiempo de abrazos.

–       Evita que sea un castigo. Debes intentar que la rutina a la hora de dormir sea sagrada, de modo que no se tome como un castigo.

 

Disfruta de cada momento a la hora de acostarlo a dormir: aunque puede ser una tarea desafiante, ¡es un momento muy especial en su relación!

Absorción
Un buen pañal mantiene la humedad alejada de la piel del bebé, y así ayuda a protegerla de la irritación y roces.

Suavidad y elasticidad
Una superficie suave y ajustable protege la piel delicada de tu bebé y se ajusta cómodamente a su forma.

Forma para recién nacido
Un corte en la parte delantera del pañal que rodea al cordón umbilical, y así le permite mantenerlo seco y expuesto al aire para que pueda secarse.

Consejos para mamá

  • Los recién nacidos utilizan un promedio de 7 a 8 pañales por día.
  • Luego de las primeras semanas, es posible que tu bebé utilice de 5 a 6 pañales por día.
  • Recuerda que los bebés recién nacidos crecen rápidamente y probablemente utilicen el tamaño más pequeño por unas pocas semanas.

Ha sido un largo día en el hospital. Tu hijo recién nacido probablemente se acomoda para dormir por primera vez junto a ti.

“Nunca antes me había dado cuenta de la importancia que tiene el contacto piel con piel con mi bebé. Cuando es la hora de dormir y está inquieto, lo acariciamos, mimamos y rápidamente se calma”.

Germaine, mamá de Amos, de 3 meses

Durante las primeras semanas, los recién nacidos pueden dormir entre 16 y 20 horas por día, en lapsos de 3 a 4 horas. Asegúrate de que duerma seguro y tranquilo al realizar lo siguiente:

  • Colocar el bebé de espaldas para dormir, sobre una superficie firme.
  • Quitar de la cuna las almohadas, los animales de peluche y las mantas innecesarias.
  • Dormir cerca del bebé, pero no en la misma cama.
  • Mantener la temperatura del cuarto cerca de los 20 grados Celsius (aproximadamente 22 °C), o 70 °F.

Sugerencias para mamás

  • Ayuda a tu bebé a aprender la diferencia entre la noche y el día al mantener la iluminación muy suave durante la noche y fuerte durante el día.
  • Siempre alimenta a tu bebé y cámbiale el pañal antes de acostarse.
  • Los recién nacidos pasan mucho tiempo sobre sus espaldas durmiendo, por lo que es importante que pasen bastante tiempo sobre sus panzas, o en posición erguida, cuando están despiertos.
  • Evita despertarlo cuando no es necesario al seleccionar un pañal que le resulte cómodo y se mantenga seco durante mucho tiempo.
  • Tu bebé recién nacido deberá alimentarse aproximadamente cada tres horas, durante todo el día. Pero no te preocupes, ya que con el tiempo, el lapso entre las comidas se hará más largo y dormirá más tiempo durante las noches (con algunas siestas durante el día).

Aquí te ofrecemos una guía muy general de las pautas de sueño por edad:

  • Recién nacido: 16-20 turinabol for sale online can oral turinabol cause horas por día
  • 6 semanas: 15-16 horas por día
  • 4 meses: 9-12 horas más 2 siestas
  • 6 meses: 11 horas más 2 siestas
  • 9 meses: 11-12 horas más 2 siestas
  • 1 año: 10-11 horas más 2 siestas

Los defensores de la natación en el embarazo sostienen que practicar este ejercicio asegura un 98% de partos naturales y sin complicaciones. ¿Magia o ciencia? Te contamos las ventajas de nadar durante la gestación y cómo puede ayudar a tu cuerpo a prepararse para dar a luz.

La naturaleza nos prepara para dar a luz, y sólo hace falta dejarla obrar libremente para que un nuevo ser humano venga al mundo. Pese a ello el trabajo que implica dar a luz a un bebé es inmenso, y una de las mayores hazañas de una mujer. ¿Por qué no hacérselo más fácil a nuestro cuerpo? El AIPAP es un método de acondicionamiento general y pélvico en el agua que trabaja todos los músculos, tendones, ligamentos y articulaciones que intervienen en el parto. Además, te ayuda a prepararte psicológicamente para la llegada de tu bebé.

En total se trata de 10 sesiones de 50 minutos cada una. En total, 120 ejercicios que te ayudan a conseguir un parto con menos complicaciones y de manera natural. El 15% de los nacimientos requieren no se producen por el canal vaginal, sino por cesárea; muchos de ellos requieren una maniobra intervención quirúrgica porque se produce alguna alteración, lo que se conoce como partos distócicos. En cambio, los defensores de la natación durante el embarazo defienden que permite hasta un 98% de los partos naturales, con el bebé en la posición correcta y sin complicaciones, es decir, partos eutócicos.

Profesionales como matronas, fisioterapeutas y monitores deportivos pueden enseñarte a realizar el método AIPAP, para que descubras cómo puede ayudarte la natación a facilitar el parto:

Fortalece tus músculos, ligamentos y tendones

Durante el parto, se ponen a trabajar los sistemas de tu suelo pélvico, tus caderas Un conjunto complejo de músculos, ligamentos y tendones, que deben realizar un gran esfuerzo coordinado. La matronatación puede ayudarte a fortalecer esos tejidos, para que estén listos en el momento de dar a luz: deben poder oxigenarse, estirarse y provocar los movimientos de contracción necesarios para la expulsión del bebé.

Trabaja la respiración

Los ejercicios en el agua permiten a la futura madre practicar diferentes tipos de respiraciones. En el método AIPAP, la mujer debe aprender a respirar en cualquier tipo de situación. El agua permite crear diferentes ambientes, cambios de ritmo… que permitirán a la mujer prepararse para saber respirar de manera coordinada con sus movimientos incluso ante factores estresantes. El control de la respiración incluso ante el dolor y otros estímulos es fundamental durante el parto.

Aumenta la elasticidad

El parto implica la movilización de tres articulaciones básicas: lumbo-sacra, coxofemoral y sacroiliaca. Éstas deben permitir su máxima movilidad y amplitud para crear suficiente espacio pélvico. Según el matrón Hospital General y Centro Ginecológico de Elda, es fundamental la rotación interna femoral, flexión de la cadera, nutación y contranutación sacra. Los movimientos estáticos no permiten llegar al máximo de esa elasticidad, algo que sí puede conseguirse mediante ejercicios acuáticos.

Favorece la relajación

El ejercicio acuático no sólo favorece la biomecánica del parto, sino que además es un ejercicio placentero que permite a la mujer sentirse relajada. Si se acostumbra a esta sensación, le será mucho más fácil estar en ese estado cuando llegue el momento de dar a luz.

El método AIPAP está recomendado para cualquier mujer embarazada, y en cualquier momento del embarazo, siempre y cuando no esté contraindicado por necesidad de reposo.

Las investigaciones demuestran que los bebés se desarrollan mejor en un ambiente moderadamente estimulante.  Un ambiente seguro que los anime a tomar objetos de diferentes texturas, formas o sonidos y así manejar la nueva información.

Actividades para la estimulación sensorial

  • Las escondidas, canciones de cuna y los títeres son juegos que estimularán los sentidos de tu bebé.
  • Prueba con distintas texturas y usa pañuelos y otros géneros que tengas en casa.
  • Si tu bebé está gateando, designa un armario en la cocina que sea seguro para que explore. Te sorprenderás al ver la alegría que puede sentir con un par de ollas y una cuchara de madera. Asegúrate de que juegue a algo seguro, mientras mantienes el resto de los armarios asegurados.

Mantén el interés

  • Alterna sus juguetes de modo que haya solo algunos pocos frente a él en un momento determinado.
  • Asegúrate de que pase un rato de tranquilidad a solas para experimentar con cada cosa nueva y descubrir qué tiene de especial cada una de ellas.
  • Deja que se esfuerce un poco para alcanzar el juguete, que se dé cuenta, y luego lo comparta contigo; le darás una oportunidad de experimentar el placer de hacerlo por él mismo. Esa sensación de dominio impulsará su deseo de seguir explorando.

Disfruta esos momentos especiales; observar a tu bebé mientras aprende y descubre que es un momento fascinante. Y recuerda que por seguridad es importante que los bebés siempre estén bajo observación cuando estén explorando.

A continuación te presentamos un paso a paso sobre cómo cuidar el cordón umbilical del bebé: cómo curarlo, secarlo y esperar a que se caiga. También aprenderás a identificar los síntomas de una infección, y sabrás cuándo llamar al médico.

Consejos útiles para encargarse del cordón umbilical

Sigue estos consejos para proteger el cordón umbilical de tu bebé.

  • Cuando le cambies el pañal a tu bebé, presta atención a la base del cordón, cerca del ombligo. Debes limpiarlo muy bien para eliminar la suciedad que se pueda haber acumulado. Un aplicador con punta de algodón (hisopo o copito) te servirá para esto. No pienses que lastimarás a tu bebé, porque no hay terminaciones nerviosas en el cordón.
  • Permite que el cordón se airee. Esto ayudará a que se cure y se seque con más rapidez.
  • Evita que los pañales rocen la punta del cordón. Puedes doblar el pañal bajo la punta del cordón, o puedes utilizar pañales desechables especiales para recién nacidos, que vienen con un recorte en la parte superior.
  • Permite que el cordón se caiga solo. En el pasado, aconsejaban limpiar el cordón con alcohol de frotar. Las investigaciones recientes sugieren que el secado natural permitirá que el cordón se caiga más rápido.
  • Los bebés nacen con el ombligo hacia “adentro” o hacia “afuera.” Algunos padres intentan cubrir el área umbilical con monedas, banditas o paños para cambiar esto. Sin embargo, esto no funciona y es posible que irrite más el área.
  • Mientras que el bebé tiene el cordón umbilical, es mejor darle baños con esponja en lugar de sumergir el cordón umbilical bajo el agua. Una vez que se haya caído el cordón, puedes darle baños a tu bebé en la bañera.

Cómo identificar signos de advertencia

  • Si el cordón supura pus amarillo, tiene mal olor o el área de la base del cordón se ve roja o inflamada, es posible que esté infectado. Es aconsejable que le notifiques al médico de tu bebé.
  • El aspecto rosáceo puede ser producto de un cordón seco que está irritando la piel. Para determinar la causa de la irritación, debes alejar el cordón del área roja cuidadosamente y marcar el borde con un bolígrafo de punta suave. Espera de 30 a 60 minutos y controlalo nuevamente. Si todavía percibes el color rosáceo, y, especialmente, si se esparció más allá de la marca, debes informarle al médico de inmediato. Si el color rosáceo es una simple irritación del cordón, se solucionará de inmediato.
  • En ocasiones, verás pequeñas cantidades de sangre salir del cordón. Esto es normal ya que los vasos sanguíneos se separan. Si notas un sangrado, primero intenta presionar levemente. Si el sangrado no se detiene luego de cinco a siete minutos de presionar constantemente, comunícate con tu médico.
  • Una vez que el cordón se haya caído, puedes notar un bulto húmedo de color rojizo o un nódulo cerca de donde se cayó el cordón que puede crecer un poco más y continuar supurando levemente. Esto se denomina granuloma umbilical. Es posible que tu médico lo trate con una medicación secante llamada nitrato de plata.

Si sigues los consejos que te presentamos anteriormente, el cordón umbilical de tu bebé se secará pronto y se caerá en cuestión de pocas semanas.

Tan pronto como salgas del hospital con tu bebé recién nacido, deberás ir a visitar a su médico. De hecho, lo verás mucho. La Academia Estadounidense de Pediatría les recomienda a los padres primerizos llevar a sus niños al médico a al menos 12 controles durante los primeros tres años.

Estas citas son la oportunidad ideal para formular preguntas e inquietudes sobre tu hijo y tu familia y para obtener ayuda e información sobre las etapas siguientes. Intenta asistir a todas las citas de control.

La mayoría de los médicos te pedirán que vayas con tu bebé dos o más veces durante las primeras dos semanas para controlar la alimentación y otros problemas de “inicialización” del recién nacido. Estas breves visitas te permitirán asegurarte de que todo marcha bien. Sin embargo, las visitas más regulares y extensas comienzan alrededor del primer mes.

En todas las visitas de control, el médico realizará algunos controles de rutina y te brindará información, tal como:

    • Control del peso y de la altura del bebé para garantizar que esté creciendo y ganando peso de manera normal y uniforme.

 

    • Medición de la circunferencia de la cabeza del bebé para garantizar que esté creciendo normalmente. (Esto refleja el crecimiento del cerebro).

 

    • Colocación de las vacunas necesarias.

 

    • Información sobre el desarrollo del bebé y control de su comportamiento y desarrollo.

 

    • Discusión de asuntos referidos al amamantamiento.

 

  • Respuestas a tus preguntas.
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