Las técnicas que aprendes en las clases de preparto para disminuir tu incomodidad durante el parto no dejan de funcionar una vez que has dado a luz; también son aptitudes para la vida.

Estos métodos te pueden ayudar a relajarte cuando estás amamantando, a estar tranquila durante los momentos más duros de la maternidad, e incluso a afrontar momentos emocionales y físicos de la vida en general.

Por supuesto, tu inquietud principal ahora mismo es que tu parto sea más manejable, y estas técnicas harán justamente eso. Puedes descubrir que solo las estrategias facilitarán el dolor de las contracciones. O puedes descubrir que te permiten bajar la cantidad de medicamento que necesitas o retardar el inicio de una anestesia epidural, lo que puede beneficiar a tu bebé y tu progreso en el parto.

Estas son algunas aptitudes que aprenderás para ayudarte en el parto y después de él:

1.  Balanceo pélvico

Beneficio para el parto:

Disminuye la incomodidad del parto al ayudar al bebé a trasladarse a una posición anterior, con la parte de atrás de la cabeza hacia el abdomen de la madre y la cara hacia la espalda de la madre.

Aptitud de vida:

Calma el dolor en la parte baja espalda. También fortalece los músculos abdominales y mejora la postura.

Cómo se hace

Aunque puedes practicar el balanceo pélvico en casi cualquier posición, la manera más fácil de aprenderlo es sobre la espalda. Asegúrate de ponerte de costado luego de hacer el ejercicio de modo que no quedes horizontal sobre la espalda durante más de unos minutos. (Quedar de espalda ejerce mucha presión en los vasos sanguíneos de la pelvis, lo cual puede disminuir el suministro de oxígeno y provocarte mareos).

1. Recuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies en el suelo.

2. Balancea la pelvis hacia la cara, y aprieta los músculos abdominales y glúteos; la parte inferior de la espalda debería quedar horizontal con el suelo.

3. Balancea la pelvis hacia el lado opuesto y relaja los músculos; la espalda debería estar ligeramente arqueada.

4. Repite los pasos 2 y 3 diez veces con movimientos lentos y balanceados.

2.  Relajación progresiva

Beneficio para el parto:

Esta técnica te ayuda a permanecer relajada entre las contracciones y minimiza el dolor durante las contracciones.

Aptitud de vida:

te relaja en cualquier momento en que te sientas tensa.

Cómo se hace

1. Ponte en posición cómoda, ya sea recostada o sentada en una silla.

2. Cierra los ojos y, lentamente, respira profundo; inhala por la nariz y exhala por la boca. (Algunas veces a esto se lo conoce como una respiración de limpieza). Al hacer esto, imagina que estás respirando aire curativo y exhalando tensión.

3. Al continuar respirando lentamente, contrae y expande los músculos principales de tu cuerpo, comenzando por la parte superior. Aprieta los músculos de la cara durante unos cinco segundos, luego relajalos.

  • Levanta los hombros hacia las orejas, sostén durante unos cinco segundos y déjalos caer.
  • Aprieta los músculos de los brazos y manos, aguanta, luego suelta.
  • Contrae los músculos abdominales, aguanta y suelta.
  • Contrae los músculos de las piernas, aguanta y suelta.

4. Finaliza con respiración lenta y profunda, nuevamente hacia adentro por la nariz y hacia afuera por la boca, y abre los ojos. Deberías sentir los miembros pesados y todo el cuerpo relajado.

3.  Imágenes visuales

Beneficio para el parto:

Las imágenes visuales crean una imagen en tu mente que te ayudan a estar tranquila durante las contracciones, y entre estas.

Aptitud de vida:

genera un sentido de paz en cualquier momento que te sientas estresada.

Cómo se hace

Puedes poner en práctica las imágenes visuales luego de la relajación progresiva, o de manera independiente.

1. Cierra los ojos e imagina tu lugar favorito del mundo.

2. Visualiza las cosas que verías si estuvieses ahí; imagina los sonidos que escucharías, y “siente los aromas” a tu alrededor.

3. Disfruta de la belleza y la serenidad de tu lugar preferido todo el tiempo que quieras.

4.  Respiración lenta

Beneficio para el parto:

te ayuda a relajarte y enfocarte durante las contracciones.

Aptitud de vida:

se puede emplear para desahogarse cada vez que te sientas estresada, nerviosa o enojada.

Cómo se hace

1. Comienza por relajar el cuerpo y enfocate en algo de manera visual: Mantén los ojos abiertos y observa algo o a alguien cerca de ti, o cierra los ojos e imagina algo bello en tu mente.

2. Haz una respiración profunda de limpieza, inhala a través de la nariz y exhala a través de la boca.

3. Continúa respirando hacia adentro por la nariz y hacia afuera por la boca, dos veces más lento de lo que normalmente lo haces.

4. Ahora comienza a contar a medida que inhalas y exhalas “Adentro, dos, tres… Afuera, dos, tres”), o lentamente recita palabras tranquilizadoras a medida que respiras hacia adentro (“Estoy…”) y hacia afuera (“…tranquila”).

5. Finaliza con otra respiración de limpieza, luego, relájate. Puedes usar la respiración de ritmo lento durante un período extenso (durante la meditación, por ejemplo) o brevemente para desahogarte luego de una discusión.

Al emplear estos métodos descubrirás que se convertirán en hábitos de por vida que te ayudarán a relajarte mientras amamantas, a estar tranquila durante los momentos difíciles de la maternidad, e incluso a afrontar los dolores emocionales y físicos de la vida en general.

Tratamiento de las quemaduras

Si tu hijo se quema con el sol, colócale un paño húmedo y fresco sobre la piel afectada 20 minutos como mínimo para calmar su incomodidad. Tu médico quizá te recomiende ibuprofeno o acetaminofén. Una pomada oleoso como la vaselina o una loción humectante como el aloe vera ayudarán a sanar la piel de tu hijo, aliviar su malestar y evitar la resequedad de la piel. Si la quemadura se ampolla, es una quemadura de segundo grado y debe verlo un médico.

Nota:

Evita que la piel vuelva a quemarse: Cualquier piel que ha sido dañada por el sol debe estar protegida en forma adicional durante todo un año.

Dieta para un embarazo saludable

La frase “comer por dos” no significa poner el doble de comida en tu plato. En su lugar, la idea dos veces bien. ¿No estás segura sobre qué incluir en tu dieta cuando estás embarazada? Nosotros te lo diremos.

Huevos

Llenos de proteínas y vitaminas D y B12, estas fuentes nutricionales son fáciles y rápidas de preparar. Puedes prepararlos revueltos o fritos.

Productos lácteos

Leche baja en grasa, queso y yogur son fuentes deliciosas de calcio. Prueba tomar leche varias veces al día, e incluye una porción de yogur o queso (hechos con leche pasteurizada).

Nueces

Al poder llevarlas en el bolso y no tener fecha de vencimiento, las nueces y la mantequilla de nuez son perfectas como refrigerios y excelentes fuentes de proteínas y grasas saludables, que pueden ayudar en el desarrollo de tu bebé. Las almendras, los cacahuates y las nueces son una buena elección.

Fruta

Ya sea fresca, congelada o enlatada, la fruta es un producto con alto contenido de vitaminas y fibras, clave en la dieta de una embarazada ya que puede ayudar a prevenir el estreñimiento. Lee las etiquetas de la fruta enlatada atentamente. Debes preferir la fruta que está llena de agua en lugar de sirope.

Hierro

Necesitarás mucho hierro durante el embarazo para mantener tu energía y combatir la anemia. Debes ingerir carnes magras, cereales fortificados y espinaca. La espinaca congelada es especialmente asequible y fácil de preparar. Puedes mezclarla en cazuelas o con salsa para pastas.

Si estás embarazada, debes pensar en el desarrollo de tu bebé en todo momento. Mejorar tu dieta durante el embarazo es una forma fácil de mejorar la salud de tu bebé. Comunícate con tu médico, realiza compras adecuadas e intenta evitar la ingesta de comidas procesadas cada vez que puedas.

Mientras la mayoría de los niños dicen que les gusta la idea de tener una hermana o hermano menor que ellos, muy pocos realmente disfrutan de dejar de ser el centro de la familia y compartir la atención de sus padres con este nuevo extraño.

Hay formas de minimizar el estrés tanto para el niño mayor como para ti, y de convertir al menos algo de ese estrés en una experiencia positiva.

Preparándose para el hermano

Los niños pequeños y los niños de edad preescolar compartirán sus verdaderos sentimientos acerca del futuro bebé más claramente a través de su comportamiento que a través de las palabras. A menudo puedes ayudarlos a expresar esos sentimientos a través del juego en lugar de hablando.

  • Alienta a tu hijo a practicar el cuidado de su juguete favorito como si fuera un bebé, independientemente de si se trata de una muñeca, un animal de peluche, o incluso un camión.
  • Ayúdalo a entender que la hora de la amamantar es también un momento de interacción amorosa.
  • Practica colocándole pañales juntos a una muñeca.
  • Averigua si tu hospital local tiene clases especiales de Hermanos/Hermanas Mayores para futuros hermanos.

Posibles reacciones negativas

  • No te sorprendas o molestes si tu hijo expresa enojo o rechazo hacia el futuro o nuevo bebé. (“Si llora, ¡nos tendremos que deshacer de él!”)
  • Tu hijo mayor puede empezar a actuar como un bebé: Puede estar más apegado o dejar de ir al baño transitoriamente. Recuerda que cuando dice o hace estas cosas, realmente está probando si los vas a abandonar o rechazar por el nuevo bebé. Dale muchos abrazos, y dile cuán especial es para ti.
  • Consigue una muñeca especial o un animal de peluche para llevarle a tu hijo mayor a casa con el nuevo bebé. Esto le dará a tu hijo la posibilidad de tener a alguien para alimentar, cambiar los pañales, bañar, mecer, y cantar mientras estés haciendo esas mismas cosas con el nuevo bebé. Utiliza ese nuevo juguete para mostrarle a tu hijo cómo sostener al nuevo bebé de forma segura, con la cabeza apoyada.

¿Es conveniente que tu hijo esté allí?

Recuerda que el gran temor de los niños pequeños durante el embarazo es que van a ser abandonados y reemplazados.

  • Dile a tu hijo quién quedará con él y quién lo cuidará durante el nacimiento.
  • Háblale de lo que ambos harán juntos cuando tú regreses.

Si quieres que esté presente durante el trabajo de parto y el parto mismo, ten en cuenta que puede ser aterrador y muy confuso para él. Puede que no tenga la perspectiva para entender lo que está pasando. Además, puede ser un estrés adicional para ti y para tu cónyuge. Si permites que esté allí, asegúrate de que haya un adulto responsable presente que le pueda dedicar toda su atención a tu hijo, y que pueda ayudarlo a salir de la habitación y hacer otra cosa si se asusta o se siente abrumado.

Relaciones familiares

Los niños tiene todo el derecho de sentir envidia de todos los cuidados que se prodigan al nuevo bebé. Cuando tengas visitas que vienen a ver al recién nacido, sería’una buena idea que le traigan un regalo especial para tu hijo mayor. Esto permite que el niño entienda que no ha sido olvidado.

Ten cuenta que la mayoría de los niños pequeños y niños de edad preescolar se sienten decepcionados al ver que el bebé recién nacido no es tan divertido. Durante meses ellos imaginaron que tendrían un compañero de juegos, y ahora necesitarán cierto tiempo para reorientarse y disminuir sus expectativas.

Es normal que haya rivalidad entre los hermanos. A largo plazo, se puede convertir en una competitividad saludable. Al principio, es probable que tengas que ayudar a tu hijo mayor a expresar sus sentimientos conflictivos con palabras o a través de dibujos, y hazle saber de manera inequívoca que todavía lo amas y que lo cuidarás.

Permanecer conectados

Lo ideal sería que cada uno de los padres programara al menos una o dos veces durante el día en que pueda pasar tiempo a solas con el hermano mayor. La duración de ese tiempo es menos importante que la posibilidad de darle a tu hijo toda la atención. Esto no solo soluciona sus temores de abandono y reubicación, sino que también le hace más fácil tolerar los momentos del día en los que tienes que concentrarte exclusivamente en el nuevo bebé.

Una familia en crecimiento es una experiencia fantástica, y muy pronto tus hijos estarán jugando y riendo juntos.  Disfruta de estos momentos especiales.

Los niños avanzan en su desarrollo con la rutina y regularidad que les parece aburrido a los adultos. Las rutinas diarias los hacen sentir más seguros y los ayudan a aprender sobre el orden. Es por eso que los rituales sencillos tales como cantar una canción antes de acostarse, se han vuelto realmente fundamentales para los niños de edad preescolar. Si tienes una familia ocupada con muchos eventos inesperados y horarios agitados, estos puntos fijos pueden ser aún más críticos tanto para ti como para tu hijo.

Las vacaciones son momentos especialmente importantes para desarrollar los rituales familiares regulares. Comer los mismos alimentos, utilizando los mismos platos y decoraciones especiales, y experimentando los mismos eventos una y otra vez los ayudan a los niños a entender sus orígenes, valores, e identidades.

Permite que tu hijo participe en los preparativos, y habla de los acontecimientos antes de tiempo. Muéstrale a tu hijo en edad preescolar las imágenes del mismo evento en otro momento, o de eventos similares que ocurrieron en tu infancia. Aunque a esta edad, tu hijo no entiende todas las conexiones, está construyendo un sentido de sí mismo como miembro de una familia y de una tradición.

Si te sientes incómoda con tus propias tradiciones familiares, inventa otras nuevas. Más tarde escucharás a tus hijos decir: “En nuestra familia siempre hemos…” ¡como si tus nuevos rituales se remontaran a 10 generaciones atrás!

El cepillado de dientes puede ser lo opuesto a divertido en muchos hogares. Muchos bebés odian cepillarse y se necesitan algunos trucos para hacer más divertido este proceso. Te damos algunas sugerencias para dejar atrás lágrimas y berrinches.

Elige el cepillo de dientes adecuado

Los cepillos de dientes con ilustraciones de princesas, superhéroes o animales pueden ser un salvavidas para algunos padres. Si tu niña es fanática del color amarillo, elige un cepillo de ese color. Si le encantan los conejitos, elige un cepillo con una foto de un lindo conejito. Sal de compras con tu hijo, elige algunas opciones de cepillos adecuados para su edad y permite que él elija el que más le agrada.

Pasta dental con sabor

A algunos niños simplemente no les agrada el sabor de la pasta dental común. Hay muchas pastas dentales con sabor en el mercado, especiales para niños. Sea de goma de mascar o fresa, pruébalos y decide cuál disfrutará más tu hijo.

“Centro de cepillado”

Establece un centro de cepillado cerca del lavabo del cuarto de baño. Algunas buenas ideas:

  • Una taza o contenedor especial donde guardar el cepillo y la pasta dental
  • Un peldaño o escalera especial para que tu hijo llegue al lavamanos (recuerda: ¡siempre supervisa!)
  • Un vaso especial para el enjuague
  • Un cronómetro o reloj despertador (“¡sigue cepillándote hasta que se apague la alarma!”)
  • También puedes cepillarte tus dientes a la vez, asegurándote de que ambos terminen a la vez y en el tiempo correcto

Juegos para cepillarse los dientes

Un juego de escondidillas (¿Dónde está? Acá está) mientras se cepilla los dientes puede relajar los ánimos de todos los involucrados, particularmente de bebés y niños más pequeños. Tal vez cantar una canción favorita o poner alguna música conocida en la radio o el teléfono celular y alentar un “cepillado loco” hasta que termine la música. ¡Trata de usar su cepillo como un micrófono para sacar risas! Si tu niño tiene algún peluche, colócaloo cerca del lavabo y “cepilla” los “dientes” del peluche mientras tu niño cepilla los propios.

Gráficos de incentivo

Pasados los primeros años, tu niño pequeño posiblemente responda a gráficos de incentivos por el cepillado de dientes. A los niños les encanta recibir premios por su buen comportamiento, por lo que auto adhesivos y emoticones por algo bien hecho pueden ser una manera positiva de otorgar premios y hacer que el cepillado parezca divertido. Intenta con esto: “¡Colecciona emoticones y puedes elegir un libro extra a la hora de ir a la cama!”

Aunque los dolores de panza son una queja común en los niños, y representan del cinco al diez por ciento de todas las visitas en los centros médicos o centros de emergencia, rara vez llegan a ser un motivo grave para preocuparse.

La mayoría de las veces, los dolores de panza son provocados por una infección viral y desaparecen en un par de días. Un estudio en Estados Unidos mostró que solo uno o dos de cada cien niños tenían problemas lo suficientemente graves como para que fuera necesario un tratamiento específico o una cirugía.

Presta atención a las señales

Hay algunas señales que deberías consultar con tu médico para comprender lo que sucede. Por más extraño que parezca, la intensidad del dolor no es necesariamente el problema más significativo. Las flatulencias atrapadas en las asas del intestino pueden hacer que un niño comience a gritar repentina y desconsoladamente, y hacer que se retuerza en el suelo, sin presentar fiebre ni vómito, y se puede recuperar con un baño caliente y relajante. Señales preocupantes que pueden indicar problemas más graves:

  • aumento de dolor con el transcurso de varias horas que hace que el niño no quiera ponerse de pie, no se deje tocar la panza o no se mueva;
  • dolor abdominal asociado con fiebre alta;
  • vómito, especialmente de color marrón, verde o amarillo, o con sangre;
  • un abdomen distendido; es decir, tenso e hinchado, y que sobresale más de lo que es normal para tu niño;
  • dolor al orinar;
  • sangre o pus en la orina, u orina de color marrón oscuro; y
  • Heces oscuras con sangre que parecen gelatina de grosellas, o pus en las heces.

Si tu hijo presenta alguno de estos síntomas, deberías llevarlo al médico tan pronto sea posible.

Dolor abdominal recurrente

Si el niño se despierta por la noche debido a dolores de panza recurrentes y se asocian con la pérdida de peso, esto puede ser señal de una inflamación o infección crónica en el intestino.

Las molestias recurrentes que surgen solo en situaciones de estrés (como asistir a una escuela o guardería nueva o ir de viaje) y están acompañadas de otros síntomas son una forma de expresar la tensión. Se debe investigar al niño y la situación, no la panza.

Dolor con erupción

El dolor abdominal acompañado de un sarpullido en las nalgas o piernas con un aspecto similar al de los moretones, puede ser causado por una enfermedad llamada púrpura de Henoch-Schonlein. Es posible que nunca hayas oído hablar de esta enfermedad, pero es sorprendentemente común. Nadie sabe con certeza cuál es la causa de esta patología, pero parece estar relacionada con una infección bacteriana o viral. La inflamación de los pequeños vasos sanguíneos puede provocar sangrado de la piel, así como del intestino y los riñones. Si bien no representa una amenaza para la vida, el pediatra te indicará que vigiles cuidadosamente a tu hijo durante varios días.

Sensibilidad a ciertos alimentos

La sensibilidad a ciertos alimentos, especialmente la intolerancia a la lactosa, puede causar calambres y flatulencias. Con frecuencia (pero no siempre) existe un antecedente familiar de problemas para digerir la leche. Si sospechas que este es el problema, elimina la leche y los productos lácteos (o cualquier alimento que creas que es el responsable) durante una semana. Si los síntomas desaparecen, vuelve a introducirla. Si los síntomas regresan cuando se introduce la leche, habla con tu médico para modificar la dieta de tu hijo y eliminar la leche mientras se le proporciona el calcio suficiente.

Causas poco comunes del dolor de panza

Faringitis estreptocócica

Puede que te sorprenda saber que la faringitis estreptocócica a veces puede ocurrir sin dolor de garganta, pero con fiebre y dolor de panza. A veces se cree que un niño tiene apendicitis cuando en realidad se le ha diagnosticado una infección por estreptococos.

Infecciones urinarias y neumonía

A veces también pueden causar dolor abdominal. Los pediatras analizan muestras de orina y realizan radiografías de tórax si no están convencidos de que el dolor de panza proviene de la panza. Debes estar alerta a otras molestias que tu hijo pueda tener en otras áreas incluso cuando el principal problema sea la panza.

Confía en tus instintos

Si crees que tu hijo está muy enfermo, déjaselo saber a tu médico, aun si no puedes indicar ningún síntoma específico.

Una de las mejores cosas que puedes hacer antes de dar a luz es asistir a un curso pre-parto. Estas clases te aportarán a ti y a tu pareja mucha información y apoyo para ayudarte durante el parto y el nacimiento. Podrás conocer a otras parejas que esperan un hijo y compartir consejos e inquietudes con ellos. Y participar en un curso sobre el parto aumentará tu confianza a medida que se acerca el gran evento.

Diferencias entre cursos

No todos los cursos pre-parto se imparten de la misma manera. Algunos son principalmente charlas, y simplemente te informan qué esperar cuando vas al hospital para dar a luz. Otros son más interactivos. Los cursos interactivos son reducidos; generalmente, no incluyen más de 10 parejas. Esto permite instrucciones personalizadas para practicar medidas de bienestar y produce una atmósfera más íntima para compartir consejos e inquietudes. Algunos cursos debaten sobre las opciones que tienes disponible en términos de formas para aliviar del dolor, procedimientos opcionales (como la episiotomía) y dónde dar a luz (en casa, en un hospital o en un centro de maternidad). Sé una persona curiosa cuando busques un curso; no elijas uno solo porque se dicta en tu hospital o cerca de casa.

Lo que ofrece un buen curso

Estas son las cosas que deberías tener en cuenta cuando sales a buscar:

  • Al menos 12 horas de instrucción, con clases repartidas en varios días o semanas.
  • Énfasis en practicar aptitudes en materia de tratamiento de dolor (relajación, posicionamiento, masajes, respiración) para ti, y de apoyo para tu pareja.
  • Clases pequeñas, con no más de 10 o 12 parejas.
  • Un programa que respalde el nacimiento como normal y natural, y anime a las parejas a tomar decisiones informadas.
  • Contenido de la clase que incluya parto, nacimiento, pos-parto (el período luego del nacimiento del bebé), el recién nacido, lactancia materna y adaptación a la paternidad. Otros temas deberían incluir procedimientos médicos (como monitoreo fetal y episiotomía), medicación, anestesia, aptitudes relativas al apego, y estilos de vida saludables.
  • Momento para preguntar y debatir.
  • Un instructor que sea educador certificado a nivel nacional en partos.

Con los pañales de hoy en día, puede ser casi imposible darte cuenta si un pañal está mojado con solo tocarlo. Intenta cambiarlo después de cada comida al principio, así como después de cada deposición. Mientras tenga el cordón umbilical, usa pañales con recorte umbilical (o dobla los pañales comunes), y asegúrate de limpiar el ombligo con un algodón cuando lo cambies.

Aquí hay algunos consejos más sobre el cambio de pañales.

  • Puedes usar toallitas húmedas siempre que cambies un pañal, pero resultan especialmente útiles cuando el pañal está muy sucio.
  • Si lo deseas, puedes aplicar crema antipañalitis antes de poner un pañal limpio, para prevenir erupciones o dermatitis en la zona del pañal.
  • Envuelve firme, pero cómodamente a tu bebé con el pañal limpio y ajusta las bandas elásticas al frente.
  • Si la piel del bebé está rojiza en la zona del pañal cuando lo cambias, es porque está demasiado ajustado o porque tu bebé ya necesita una talla más grande de pañal.

Si los derrames comienzan a ser frecuentes, quizás es hora de cambiar el tamaño del pañal por uno más grande.

En lo que respecta al cuidado del cordón umbilical de tu bebé, ten en cuenta los siguientes consejos.

  • Cuida el cordón umbilical de tu bebé hasta que se caiga solo (por lo general, eso sucede entre 10 días y 3 semanas después del parto).
  • Limpiar el cordón con un algodón o hisopo en cada cambio de pañal suele ser suficiente, pero pregúntale a tu médico si te recomienda alguna otra cosa.
  • Presta especial atención al área de la base del cordón umbilical, cerca del ombligo. Limpia el área suavemente pero a fondo para quitar cualquier residuo húmedo que se pueda haber acumulado allí.
  • Asegúrate de que el cordón quede al aire libre por algunos momentos al día y usa un pañal con recorte umbilical (o un pañal común con el borde doblado), y evita ponerle al bebé ropa ajustada en el área del abdomen.

Así de pequeñitas como son, las uñas de tu bebé crecen sorprendentemente rápido y es posible que se las debas cortar hasta dos veces a la semana. Mantenerle las uñas cortas y suaves evita que se rasguñe, sin necesidad de cubrirlas con mitones que pueden limitarle el uso de las manos para aprender sobre su mundo. Cortarle las uñas al bebé cuando está contoneándose o moviéndose mucho es casi imposible, así que este es el truco: espera a que se duerma.

Esta es la forma de cortarle las uñas:

  • Utiliza una lima de uñas suave, cortaúñas para bebés o tijeras de uñas para bebés .
  • Para evitar cortarle la piel de la punta del dedo mientras recortas las uñas, presionando la yema de los dedos hacia atrás para alejarla de la uña a medida que cortas.
  • No entres en pánico si sangra un poquito; simplemente ejerce un poco de presión y aplícale un ungüento antibiótico.
  • Las uñas de los pies crecen más lento y en general son muy suaves; cortarlas una vez al mes es suficiente.

Para evitar que tu bebé se rasguñe (o te rasguñe), mantén sus uñas cortas y suaves. Asegúrate de permanecer en calma durante el procedimiento y todo saldrá bien.

 

Las habilidades de su niño se están unificando para ayudarla a sentirse más cómoda y confiada con sus alrededores.

Todo manos

Al mejorar en andar y caminar, observa las manos de tu bebé. Al principio estarán hacia afuera para buscar equilibrio. Pero pronto se relajarán, se situarán más abajo y acompañarán su marcha. El próximo paso es la capacidad de llevar algo o arrastrar algo detrás. Finalmente aprenderá a pasar objetos de una mano a la otra, alcanzar objetos e, incluso, girar al mismo tiempo que avanza caminando. Poder encorvarse y recuperar algo, primero con asidero y luego sin él es otro gran obstáculo relativo al desarrollo. La única aptitud que triunfa es la habilidad de agarrar algo del suelo, levantarse con eso, y caminar rápido, ¡y eso llegará muy pronto!

Brillo en los ojos

Las crecientes aptitudes visuales de tu bebé funcionarán con su mayor movilidad para darle el sentido de desconfianza de las alturas. Puede que accidentalmente se quede atascado, pero no se pasará de un borde ni intentará bajar de una altura a propósito. Probablemente tampoco sea tan aficionado a las caídas fuertes. Respeta la vacilación recién descubierta de tu bebé; lo ayudará a estar seguro. Después de todo, es un explorador inocente; tú eres la mano experimentada. Al mejorar en la exploración, tu bebé intentará definitivamente probar sus nuevos sentidos de profundidad y distancia. Debido a que tú eres quien tiene experiencia, depende de ti mantenerlo seguro mientras experimenta.

Preparación para el embarazo

Quizás estés pensando en tener tu primer bebé, o tal vez recién hayas empezado a imaginar cómo sería tener otro bebé en la casa.

Las medidas que tomes ahora te ayudarán a proteger tu salud, así como la de tu bebé, en el caso de que decidas quedar embarazada.

Primer paso: tomar un complejo multivitamínico

El truco es tomar alguno que contenga 400 mg de ácido fólico. El ácido fólico es una de las vitaminas del grupo B más importantes para el crecimiento y desarrollo fetal. Y conviene tomar mucho incluso antes de quedar embarazada, ya sea como parte de un complejo multivitamínico o por separado.

Segundo paso: consultar a tu médico

Concierta una visita previa al embarazo. Este tipo de visita, cuando todavía no estás embarazada, gira en torno a tu salud y bienestar general en todo lo relacionado con el embarazo. El médico controlará si tus vacunas contra la rubéola o tos ferina están al día.

Además, revisará los medicamentos que tomas habitualmente. Puede que ajuste las dosis o incluso que prescriba diferentes medicamentos que contemplen la posibilidad de embarazo.

Quizá debas controlar si estás anémica o tienes problemas de tiroides; ambas afecciones pueden generar una fatiga que quizás hayas atribuido al esfuerzo de seguir el ritmo de un niño pequeño.

Tercer paso: ir al dentista

Los procedimientos odontológicos complejos aumentan los riesgos de infección durante el embarazo, así que asegúrate de que tus dientes estén en perfectas condiciones.

Estos tres pasos, así como el ejercicio regular y una dieta equilibrada, son la mejor manera de asegurarte de estar lista para un embarazo, planificado o no.

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