Antes de salir corriendo por la ciudad con tu bebé recién nacido, da un paso hacia atrás y respira. ¿Cuál es la solución? ¡Haz que todos vengan a ti!
Cuenta la cantidad de personas.
Antes de comenzar a planificar una comida, cuenta las personas que esperas. Si no tienes una mesa en la que quepan todos, piensa en ampliar el área de comer a otra sala.
Envía las invitaciones.
Si estás invitando a todos durante un día festivo importante, explica por qué invitarás a todos a casa este año. No te preocupes; entenderán.
Planifica un menú sencillo.
Elige un plato principal que se cocine solo durante un largo período (un plato de cocción lenta o algo que se cocine en el horno durante un largo rato es la clave), y luego pídele a tus invitados que traigan acompañamientos, entradas, ensaladas o postre.
Preparación del lugar.
No sientas la obligación de hacer que todo se vea perfecto. Encárgate de que haya suficientes sillas, platos y vasos para todos y prepara la comida. Eso es todo lo que debes hacer. Ya que invitas a toda la familia, no deberías sentir la presión de esperar a todos los invitados.
Reunirse y saludar.
Cuando la comida haya terminado, tus familiares podrán turnarse para conocer y arropar a tu bebé. El trabajo en equipo es fundamental para la preparación y el logro de una noche relajante.
Una reunión en un día festivo puede ser más grande y cambiar con el tiempo, al igual que lo hacen las familias. Tú tienes tu propia familia ahora, y puedes establecer nuevas tradiciones mientras adoptas otras del pasado.