Si tu bebé lleva muchas horas llorando, ya le diste de comer, ya repitió, no tiene signos de deshidratación y hasta hablaste con el pediatra, probablemente está alterado. Con estos sencillos consejos podrás ayudar a que se tranquilice. No funcionan igual para todo bebé en cualquier momento, así que si una no lo hace, intenta con otra.
- Ruido blanco. Esto puede ser, por ejemplo, decirle “shhhh” al oído, el ruido de un ventilador o un CD con el sonido de las olas. Cualquiera que sea constante los relaja
- Espejos. A los bebés les encantan las caras, las encuentran fascinantes y a veces mirar la suya frente a un espejo los distrae y puede detener el llanto
- Un baño de tina. Es una de las formas más eficaces para calmarlo, además de terapéutica. Puedes meterlo en su tina con agua tibia y gotitas de aceite relajante o bien bañarte con él. Ambos se podrán tranquilizar, es como borrar el día y comenzar de nuevo
- Un baño en la regadera. Métete con él. La sensación del agua cayendo en su espaldalo distrae y calma
- Sopla su cara. A veces el fluir del aire lo sorprende y tranquiliza al mismo tiempo. Esto funciona bastante bien si ha estado llorando por un rato. Rompes el ciclo, ayudándolo a eliminar el llanto
- Envuélvelo como tamal. A él le fascina sentirse apretado, sobre todo si es en su colcha. Le da una sensación de seguridad, calma y confort
- Mecerlo. En una silla o en tu regazo. Ponerlo en un ritmo de movimiento constante y suave lo tranquiliza, y a ti te relaja
- Succionar. Dale algo para tener en la boca. Tu dedo puede ser una muy buena opción y le encanta
- Cuélgate a tu bebé. Ya hablamos de las maravillas del rebozo. El tenerlo pegado a ti ayuda a que no se sienta solo, sino seguro y protegido. Muchas veces los bebés se angustian cuando no está su mamá, así que ésta es una de las maneras más sencillas de calmarlo
- A pasear. Cambiar de aire y de ambiente es una de las formas más positivas para que tu bebé tome un respiro. Saca el coche y da una vuelta por el parque o por la cuadra. A ti también te hará bien.